CASADA CON KIM TAEHYUNG | KTH | saga #3

veintidós

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capitulo veintidós

Caminé de la sala de juntas a mi oficina. Muevo mi cuello de un lado a otro logrando tronarlo y sentirme más relajado. Saludo a algunos colegas que van pasando a mi lado o que simplemente hacen contacto visual conmigo.

Mi secretaría me entrega la agenda de la semana y entro a mi oficina.

Solté un pesado suspiro al sentarme. Tengo pendientes unos documentos que mandar a la Cede Central de mi padre en Busan y otra cerca de aquí. Gracias a Dios que mi agenda no esta tan llena, tendré tiempo de estar con Mimi.

Sonreí al recordarla.

¿Siempre fue tan linda? La respuesta es si.

De pequeña no me causaba más que risa y ternura, siempre la vi como amiga incluso familia, el ser mayor que ella tres años me hacía claramente tener más consciencia que ella. Hyun Mi de siete años se la pasaba llorando y jalándome el cabello, una latosa total.

Me caía mal lo acepto. Pero no tenía con quien jugar, mi hermana menor era una bebé. Aparte, después de todo Hyun Mi siempre encontraba la manera de divertirnos. Siempre fue más divertida, astuta y genial que yo.

Flashback.

— ¡Suéltame! -corrí hasta estar detrás del sofá- ¡Hyun Mi, déjame!

— ¡Ay Taetae, no seas chillón! ¡Ven acá! -me lanzó lo que creo es un peine-

— ¡No! ¡Loca!

— ¡Ahhh! -gritó tan fuerte que cubrí mis orejas- ¡Señora Kim, Taehyung me pego!

—le miré sorprendido- ¡Mentirosa! ¡Es mentira mamá!

— ¡Taehyung! -escuché el regaño de mi madre desde la sala-

— Eres una niña fea. Mentirosa. -le miré molesto- No me dejaré pintar las uñas. -esta por volver a gritar pero le tapo la boca- Cállate, esta bien, solo la de los pies, y no le digas a nadie.

Sonrío satisfecha.

Fin flashback.

Sí, al final de todo hacía lo que ella quería, terminaba herido, golpeado, casi sin cabello pero la quería, y mucho. Aún siendo una niña caprichosa, enojona, agresiva y manipuladora. La quería.

A los años fue distinto...

Ella cambio.

Recuerdo que ya no lloraba, no gritaba, no me empujaba o jalaba el cabello, no mentía. Manteníamos la fiesta en paz pero eso me hizo extrañar a la vieja Hyun Mi. Comenzamos ir al lago, a las granjas abandonadas, a la tienda del señor Rin, a la cabaña.

Fue cuando Mimi cumplió los diez que comencé a verla diferente. Siempre fui más alto, pero ahora era distinto ver lo más baja que era, como se comportaba. Me molestaba mucho como hablaba con otros compañeros, conocí los celos por primera vez en mi vida.

Siempre nos alagaban diciendo que seríamos hermosos al crecer y que haríamos una pareja perfecta. Amaba escuchar eso, pero Hyun Mi se molestaba. Eso me hacía sentir mal.

Deje de quedarme en su casa así como ella en la mía porque no podía mirarla de la misma manera que antes. Aparte estábamos creciendo y sus ideas de no dejar a dos pubertos en la misma habitación hizo que dejaran de darnos el permiso.

Aun así estábamos siempre juntos. Golpeaba a quienes se metían con ella y Mimi hacía lo que mejor sabía hacer en ese momento a las niñas que me molestaban... Jalarles el cabello.