CASADA CON KIM TAEHYUNG | KTH | saga #3

siete

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capitulo siete

No salgo para nada de mi recamara, antes lo hacía y creo que ahora hasta parece que no vivo aquí, no salgo de estas cuatro paredes. Ni siquiera tengo ánimos de ir a regar mis rosas o comer hasta sentirme satisfecha, porque no ha sido así desde hace tiempo.

Quizá estoy exagerando, como piensa mi madre.

Papá se la ha pasado fuera de casa, han estado planeando todo para la boda, boda que es dentro de seis semanas. No se porque el tiempo no se detiene, nada esta a mi favor. Hemos ido a la prueba del vestido solo dos veces, la primera para las medidas y la segunda para ver si hace algunos cambios, cambios que hizo cuando las medidas bajaron.

Recibí otro sermón de mi madre, ella empeora todo.

Papá casi ni toca el tema, pero ella se la ha pasado regañándome, diciéndome que hacer o que no cuando este casada. No quiero otra bofetada por lo que solo la ignoro.

Taehyung ha venido algunas cinco veces quizá, no hemos vuelto a pelear, solo estoy sentada lado a él callada, escuchando a mis padres hablar o solo comiendo con los otros dos.

Aún acostada en mi cama escucho el ruido de afuera, es un caballo, solo una persona viene con caballo: Kim Taehyung

Me pongo de pie y miro a la ventana. No puedo ver bien pero veo las patas del caballo. Cuando pienso si debería salir tocan mi puerta. Eso fue rápido. Me sobresalté un poco yendo abrir la puerta. Taehyung esta frente a mi puerta, no se como llegó tan rápido hasta aquí.

— Hola.

— ¿Hola? -digo algo confundida- ¿Qué...?

— Vine a verte. -asiento intentando mostrarme tranquila- Necesitamos hablar.

— ¿Mis padres están abajo? -doy un paso hacia enfrente pero él no se mueve por lo que no puedo salir-

— Tu padres no están. -fruncí el ceño- Por ello vine aquí directamente.

— Ya veo. Podemos hablar en el... -callé mis palabras cuando me hizo aun lado y entro a mi habitación-

Sus manos están dentro de sus bolsillos del pantalón. Mira mi habitación como si fuera muy interesante, me pone nerviosa tenerlo aquí. Toma asiento en un sofá que tengo, mirándome.

— Estamos aquí, no quiero caminar más, estoy cansado. -dice y yo asiento-

El silencio invade mi recamara, no cierro la puerta y voy a mi cama sentándome sobre ella, cruzando mis piernas. Tengo ropa para andar en casa, esa que mi madre dice que es ropa de algún vagabundo, pero claro que es mentira, solo es holgada y de colores oscuros o apagados, ella siempre "esta bien vestida", pero me cansa estarlo, en mi caso.

— Se que estas ultimas semanas... No hemos podido llevarnos bien. -lo escucho atenta- Pero ya estamos comprometidos. -me enseña su mano izquierda, miro el anillo y después el mío- Es más que obvio que tenemos que llevarnos bien.

— Tienes razón, pero digamos que eres una persona difícil de tratar, debes poner de tu parte.

—parece darle gracia- Estoy aquí y te lo digo porque nuestros padres me han dejado todo a mi, a lo que voy, es todo lo que sucederá.

— ¿Después?

—asintió- Nos casamos en cinco semanas.

— El tiempo parece volar. -bajo mi cabeza-