Enamorarse de un desconocido

Capítulo 20.

Capítulo 20:

 - ¿Estas bromeando?, vienes de la nada. Me ayudas. ¿Qué es todo esto? ¿Por qué debes obedecer todo lo que te dicen?- Le dije enojada a Key.

- Se qué no me creerás pero la razón por que estoy en este puesto. Es bastante razonable.

- Dimela.

- No puedo. 

- ¿Por qué?¿Entonces si solo piensas en ti mismo?.

- No es eso...

- Dime.

- Yo.. No se... Es mi hermana menor. Ella está en el hospital. Tuvo un accidente de tránsito y... No tengo la ayuda de mis padres. Cuando la vi, luego de mucho tiempo, me dijo que quería escapar de casa. Yo ya no vivía con mis padres, por eso no sabía mucho de ella. Mis padres son muy exigentes: todo 10, no quieren que salga con cualquier persona, debe ir a la mejor facultad, no puede ir a fiestas. Yo antes de volver a verla, me había marchado mucho antes, cuando tenía 17, ya no soportaba esa vida. Solo no podía tener las mejores notas, quería estar con mis amigos. Me fui, dejando atrás a mi hermana y mis padres. Pero, cuando la volví a ver, estaba llorando, diciendo que queria amigos de verdad, dejar de estudiar solo por las mejores notas. Estaba muy mal, también me dió mucha tristeza, no tuve otra opción que dejarla vivir conmigo. Por suerte, tenía un compañero de piso que no estaba y tomó su habitación. Pero, nunca imaginé lo que pasaría tiempo después. Yo trabajaba en una cafetería a la mañana, así que no estaba en casa. Esa mañana ella se fue con unos amigos y... Y luego...- Estaba a punto de llorar- Luego me llamaron de un hospital cercano. Dijeron que ella tuvo un accidente y que no sabían si se recuperaría. La operación que le salvaría la vida costaba demasiado. Estaba desanimado, nervioso. 

 Pero, luego vi una solicitud de trabajo en el diario. Pagaban bien. No podía negarme. La operaron. Aun no despierta. Se qué lo hará. No pierdo esperanzas.

- Lo siento. No lo sabía.- Baje mi cabeza. Él debia sentir mucho dolor.

- Esta bien. Nadie excepto el mayordomo lo sabe. Por favor, no se lo digas a nadie más...- Salían pequeñas lágrimas por sus ojos. Aun así él seguía serio. ¿Intentando ser fuerte?.

- Comprendo. No lo haré. Prometemé algo.- Dije de inmediato.

- ¿Qué cosa?- .

- Protegerás a los gemelos. Siempre.

- Intentaré hacerlo.

- Gracias- Lo abraze.

- No me gustan los abrazos- Se separó con una pequeña sonrisa.

Me llevó hasta una pequeña biblioteca escondida en un negocio casi invisible, donde no había demasiada gente, casi nadie, de la ciudad. Pasamos a través de una puerta gastada que hacia mucho ruido.

-¿ Ves eso?- Señalo un tacho.

- Cenizas. ¿Qué tiene de importante?. Solo eso son.

- Es importante, y mucho, yo diría demasiado en este momento. Esos eran los libros que podrían habernos ayudado a romper esos papeles. Es decir, que la herencia no les sea quitada.

- No...- Estaba perdida. No tenía como protegerlos. Estaban débiles frente a la persona que les quería hacer daño

- Pero, también intente ver fuera de la ciudad. Sin embargo, vigilan esa zona. No me dejaron pasar.

- ¿Ellos saben que intentas ayudarme?.

- No. Pero solo pueden pasar personas de su confianza. Incluso, en la cena con Youngmin o cuando te besó en el auto. Lo ven todo.