Capítulo 29

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Capítulo 29:

 Me dolia mucho la cabeza. Lo rápido que me desmaye, no me permitió recordar mucho. 

 Solo las voces de niños jugando llegaban a mi mente, ¿Los gemelos y yo?, tal vez sí, tal vez no éramos esos pequeños que estaban dentro de mis recuerdos. De mis recuerdos perdidos. Que no quería recordar.

 Desperté en la misma habitación donde estaba. Abrí lentamente los ojos, Kwangmin estaba sentado en el extremo de la cama, mirando la televisión que allí había.

- ¿Estoy en el cielo?- Dije.

- No bromees. Estas en el hotel donde por culpa de esos hombres tuvimos que venir. ¿Te acuerdas de mí? estas algo afiebrada. 

- Eso creo- Intente levantarme, pero no pude.

- Quédate así. No te fuerces, llamé a Key. Él vendrá en una hora.

- ¿Qué hora es?.

- Las cinco de la tarde.

- Lo siento, me dormí.

- No pasa nada. Te encontré en el piso. Me asusté mucho, tenía mucho miedo de que no despertarás.

- Ya lo hice. Gracias por estar a mi lado. Eres muy bueno.

- No es nada. Tu me curaste por lo de el vidrio.

- Kwangmin, ¿Por qué llamaste a Key?, pensé que ustedes no lo querían.

- No me cae bien, pero haré lo que sea necesario para que estés bien. Cuando estemos en la mansión, los médicos te curarán. Solo debemos esperarlo.

- ¿No tienes celos de Youngmin? Digo, últimamente han estado peleados.

- Para nada. Se que aunque nos peleemos muchas veces, siempre volveremos a ser hermanos.

- Que bien...

- Si quieres descansa un poco más. Yo abriré si viene aquí. No te preocupes.

De repente, se escuchó un golpe en la puerta.

Kwangmin abrió cautelosamente la puerta, mirando quien era. Sonrío y luego dejó pasar a esa persona.

Cuando miré no solo era Key, sino también había otro guardaespaldas.

- Ya llegaron. - Dijo tranquilo Kwangmin

Estaba curiosa, ¿Por qué venía con alguien?. No era su estilo estar acompañado. Key parecía querer decir algo con sus ojos. No lo podía descifrar. 

- ¿Puedes pararte?- Me preguntó Kwangmin.

Negué con la cabeza, él se acerco. Y me cargo en su espalda.

 Fuimos hasta afuera, había una limosina y un auto negro.

- Usted debe ir en la limosina, señor Kwangmin- Señalo Key- Lo llevará directo a la mansión, sus amigos y hermano lo están esperando- Luego me miró- Ella vendrá con nosotros.A un médico. No se preocupe, la llevaremos a salvo, de vuelta a la casa.

Kwangmin me puso en la parte de atrás del auto negro. Se alejo.

- Nos veremos cuando vuelvas del médico, si puedes llámame antes de llegar- Dijo antes de dirigirse a la limosina.

- Marchemos- Señalo Key a el otro guardaespaldas.

Mientras Kwangmin se dirigía a la mansión. Yo estaba en el auto negro, no veía mucho porque los vidrios de los asientos de atrás eran más oscuros. ¿Dónde íbamos? Parecía estar todo demasiado callado. Key conducía el auto. Estaba serio,no me hablaba, tampoco a su compañero. 

Enamorarse de un desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora