Capítulo 14

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Luego de las palabras dichas por la psicóloga, ambas estaban nuevamente en el gran sofá. La de ojos cafés avergonzada por el acto que realizo con la castaña hace unos minutos. Ella sabía que debía mantener su compostura con Antoinette, pero le es difícil al tener cerca a la morena.

Sin embargo Topaz había bajado la guardia, era la primera vez que revelaba sentimientos o acciones con personas que conocía poco tiempo atrás; ni siquiera con Verónica había expresado lo que acontecía en su vida, a la pelinegra la conoce hace años y aun así no sintió la confianza que Cheryl le transmitía.

- Puedes quedarte. - Rompió el silencio. - Acá estarás segura. - Finalizo con una tímida sonrisa.

- ¿En serio? - Antoinette sintió una gran emoción al escuchar las palabras de la colorina. Sonrió para sus adentros al ver la adorable sonrisa de la bella mujer. Quería volver a abrazarla, agradecer todo lo que hizo por ella. - Te lo agradezco Cheryl. - Manifestó con una sincera sonrisa, poco a poco se deshizo la emoción, la pelirroja lo noto al instante, iba a preguntar, pero la morena adelanto sus palabras. -… No puedo quedarme.

- ¿Por qué? - Confundida por el repentino cambio de opinión.

- Debo resolver unos asuntos personales. - Menciono.

La psicóloga comprendió, desde el punto de vista profesional sabía que lo mejor era que Antoinette resolviera las dificultades que se presentaban en su vida, le haría sentir mejor que el peso de los problemas disminuyera.

- Entiendo… Cuídate, ven a visitarme cuando quieras.

- Tú también cuídate. - Expreso amable.

- Gracias, Toni. - La morena no entendía el agradecimiento de la psicóloga. Ella seguía en el sofá, esperando que la pelirroja continuará.

- No recuerdo si lo dije antes, pero te agradezco por salvarme en el estacionamiento, estaba tan aterrada al momento que el hombre se acercó a mí, pero llegaste tú, y me salvaste de un posible abuso o violación. Si no hubieras estado allí, no puedo imaginar lo terrible cosas que él hubiera hecho conmigo. Gracias. - Agradeció con ojos brillantes.

La castaña escuchaba atenta a la pelirroja, analizaba cada expresión y emoción que transmitía. No olvidó la noche en que socorrió a la colorina. Estaba tranquila al haber logrado que "Tall boy" fuera desterrado por el rey de las serpientes. Antoinette acerco a la de cabellos cobré a su cuerpo, envolviéndola en un confortante abrazo, sabía que lo necesitaba por observar sus ojitos humedecidos por el doloroso recuerdo.

- Te salvaría mil veces Cheryl. No permitiría que a ti ni a nadie le hicieran daño. - Expresó con suaves palabras en el oído de la psicóloga. Soltando delicadamente a la mujer, observo su semblante, ella regalando una sincera sonrisa a Topaz, está limpiando con sus pulgares las lágrimas de la más alta, una increíble suavidad sentía Blossom al tacto de las manos de la morena.

La acompaño por un buen tiempo, hasta que la profesional se sintiera mejor. Antoinette se despidió de la colorina, afirmando que estaría bien, y que la vendría a visitar. La profesional se recostó en su cama, quería descansar, había expresado tanto el día hoy que necesitaba reponerse de las emociones que experimento nuevamente con su ex paciente.

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Necesitaba llegar lo más pronto posible, no quería que los guardias se encontrarán con ella. Estaciono su motocicleta en su escondite que había descubierto hace años atrás con su amigo Jughead. Observo por un largo tiempo el paisaje, recordando todo lo que había vívido en el hermoso pueblo. El ruidoso sonido dio aviso, haciendo que todas las personas subieran al medio de transporte. Era hora de recurrir a la de ojos felinos.

El tren avanza con una tranquilidad que provoca a la chica de ojos chocolate relajarse en el trayecto, observa el paisaje a través de la pequeña ventana; recordando la invitación de Cheryl. Le hubiera encantado convivir en el hogar de la pelirroja, pero no quería que la mujer corriera peligro; su trabajo, su familia, amistades, estarían desprotegidos si la castaña hubiera aceptado la hospitalidad de la mayor. Antoinette sabía a la perfección que su padre era capaz de todo con tal de encontrarla, por ese motivo no quería poner en peligro a la psicóloga, no soportaría ver de nuevo a la ojos cafés llorar.

Llego a la nueva estación, pidió un taxi, y al llegar al departamento de la pelinegra con un tanto de incomodidad toco el timbre. La chica salió, analizo a su “amiga” desde el quicio de la puerta, confundida por la llegada de la castaña pregunto sin rodeos.

- Toni, ¿Qué haces acá?

- Necesito hablar contigo… Y también pedirte un favor. - Añadió.

- Adelante. - Finalizo dándole el paso a la morena.

La castaña estaba en el cuarto de Verónica, esperando que la pelinegra volviera de la cocina.

- Aquí tienes. - Dijo ofreciendo un vaso de bebida.

- Gracias. - Bebió un poco del dulce líquido, miro a la pelinegra sentarse a su lado, se sentía incómoda en el lugar, pero no le quedaba más alternativa, debía ser fuerte.

- ¿Por qué estás aquí? - Pregunto seria.

- Tuve un problema con mi padre.

- ¿Qué clase de problema?

- Una discusión. - Respondió, no quería contar los detalles de esa tarde, no confiaba lo suficiente en la trigueña. -Verónica, necesito tu ayuda.

- No me digas, ya entiendo todo. Puedes quedarte el tiempo que quieras, no te preocupes por lo que sucedió en Riverdale, acá estarás bien, además hay suficiente espacio en mi cama. - Sonrió coqueta.

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