Capítulo 33

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Se levantó de su cama desganada, es lunes y se suponía que debería estar trabajando, pero ya no es así, todo estaba cambiando, incluso su rutina. No tenía ganas de desayunar, pero aun así lo hizo, la alimentación es importante. En la tarde hablo por teléfono con su prima, está diciendo que volvería a Riverdale, que tenía muchas cosas de que hablar con la pelirroja; Cheryl sintió felicidad al saber que su familiar volvería, por lo menos no estaría sola otra vez. Analizo el refrigerador, encontrando dentro lleno de insumos, sus padres le habían hecho las compras, dejando así a la colorina nada más que hacer.

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- Esto es difícil. - Comentó levantando las pesas.

- Es porque no estás acostumbrada.

- Puede ser... Pero al igual que tú, yo también me mantengo en forma, realizó yoga. - Dijo haciendo una pose, lo cual causo gracia en el pelirrojo.

- Se nota, tu físico es formado.

- Así es, pero me gustaría bajar esto y esto. - Verbalizó tocando partes de su anatomía.

- Es lo que tu vez, está bien, puedes mejorar, pero disfruta de lo que tienes por ahora, luego avanzas con lo que te gustaría tener más adelante.

Ambos estaban combinando ejercicios, esa mañana cuando Verónica despertó en casa de Archie decidió tener una serie de ejercicios con el pelirrojo, pues no tenía nada que hacer al llegar a su casa y disfruta pasar tiempo con el joven.

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La colorina caminaba a la dirección de la corriente del río Sweet Water, observa el bosque y uno que otro pájaro volando por ahí. Los recuerdos de la discusión que tuvieron sus padres las recordaba al no estar haciendo algo "productivo", cualquier cosa, por ese motivó decidió salir a caminar, y que mejor lugar que en la naturaleza, rodeada de tranquilidad y fresco aíre, sin ruidos molestos que provocan la ciudad. Observo el alrededor, no había nadie, ni siquiera un animal, su sonrisa incremento al descubrir que no estaría incómoda. Dejo su ropa atrás de la roca, con pasos lentos se acercó al agua, hundió todo su cuerpo en el refrescante líquido. Nado, floto y jugo consigo misma en el río, como si fuera una niña sin problemas, su padre tenía razón un chapuzón te quita el estrés y deja con ganas de dormir; justo lo que ella quería.

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- Al fin en casa. - Murmuró la mujer, dirigiendo sus pasos a la sala de estar.

El hombre se acercó hasta su esposa, tomando asiento en el sillón. La mujer no decía ninguna palabra, no tenía ganas de iniciar una conversación, porque sabía que acabaría en discusión y era lo que menos quería, ya que detesta discutir con Clifford.

- ¿Cómo estás? - Pregunto.

- Cansada por el viaje. - Respondió poniéndose de pie. - Iré a dormir.

- Está bien. - Con un suspiro pesado el hombre se quedó aún sentado, pensando en que momento hablar con su pareja, intentando ordenar las palabras que dirá y como logrará convencer a su mujer, sí que el pelirrojo quería solucionar todo lo que acontecía en su familia.

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Noto algo extraño en su hogar, ella no había lavado los servicios de esta mañana, ahora estos estaban reposando en el mueble de la cocina, miro alrededor del lugar, nadie, ni siquiera un ruido, todo era silencio. Se encaminó un tanto insegura a su habitación, no había ningún rastro de un posible ladrón, pero que clase de "ladrón" lava la loza. Su celular vibró, observo el número, es Betty.

- ¿Adivina dónde estoy? - Inquirió la rubia con un tono de emoción.

Ahí lo supo, fue su prima la que lavo los servicios y ella que estaba pensando en llamar a la policía.

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