[ 1 Amor a primera vista💜]

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marzo 31 de 2010

-Ya te dije Kurai te irás conmigo a Tokio papá no puede cuidarte. -Mayu hacía maletas molesta, aún vestía de negro por el luto de la muerte de su madre.

-Pero y la escuela y mis amigos, así no podré llevarle flores a mamá hermana.
-Suplicaba, con las mejillas empapadas de lágrimas.

-Kurai no podemos quedarnos tía Naomi me consiguió un buen trabajo, en casa de buenas personas, la señora de la casa me aceptó contigo irás a una buena escuela, harás buenos amigos papá le llevará flores a mamá. -Mayu abrazó a la niña esto no era fácil pero era lo mejor para ambas él padre de ambas estaba ahogado en la bebida por la muerte de Yume su esposa y madre de ambas chicas, a parte no quería cuidar de Kurai pero ella no tenía corazón para decirle eso a una niña.

•••

Ambas tomaron un taxi a la estación de autobús, tía Naomi las esperaba a ambas chicas para despedirse y entregar los boletos.

-Mayu ya sabes se una buena chica y cuida de Kuri chan, aquí están los boletos, ya te explique cómo debes pórtarte, también como le gustan las cosas a doña Kakyou. -La mujer solo repetía y Mayu solo rodaba los ojos cansada, de oír lo mismo.

-Tia Naomi ¿Puedo pedirte algo? -le entregué a tía Naomí, mi alcancía de cerdito.

-Si Kurai. -La mujer estaba confundida, no sabía por qué la pequeña le daba su alcancía.

-Es para que le lleves flores a mamá, Mayu dice que papá le llevará flores, pero no le creo a ella le gustan los girasoles y las rosas amarillas. -Naomi con las palabras de la pequeña pelinegra, sentía un nudo en la garganta.

La mujer volvió a darle la alcancía a la pequeña y la abrazó muy fuerte. -No seas tonta Kuri chan yo le llevaré flores a tu madre, de parte de las dos si, sigue ahorrando pequeña. -Dijo la mujer mayor acariciando la coronilla de la niña.

Ambas pelinegras subieron al autobús, era casi media noche y el frío se ponía más fuerte,

-Mayu tengo frío. -Me quejé por la baja de temperatura.

Mayu sacó de su mochila una pequeña cobija color, lavanda y abrigó a su hermana.

-Hermana ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Si enana claro que puedes.

-¿Por qué papá no me quiere?

A Mayu la tomó por sorpresa la pregunta, su padre había cambiado mucho con la reciente muerte de la madre de ambas, pero la sequedad con la pequeña, venía de hace tiempo atrás.

-Papá te quiere enana pero por ahora no está bien, está muy triste mejor duerme si. -Dijo la pelinegra mayor cerrando los ojos.

•••

El amanecer llegó y con ello, también el autobús a Tokio, Mayu estiraba el cuerpo, pues estar tanto tiempo sentada le había entumecido el cuerpo, sarandeaba a su pequeña hermana para despertarla.

Salieron del autobús, ya habían llegado a su destino, el chófer de la familia Chiba las esperaba para llevarlas a su nueva recidencia.

Ambas chicas quedaron asombradas con el lujoso auto, pero en el camino no cerraban la boca, por las lujosas mansiones que veían camino a la recidencia Chiba.

-Muy bien señoritas llegamos.
-Decía el sonriente chófer abriendo la puerta del auto.

-¡Hermana viviremos aquí!

la pequeña pelinegra estaba asombrada por la enorme mansión, que tenía un hermoso jardín.

Mayu tocó el timbre y una mujer vestida con su uniforme de empleada de servicio; las recibió amablemente haciéndolas pasar.

-Ustedes deben ser las muchachas, que la señora Kakyou espera de Kioto ¿verdad?

Ambas asintieron ante la afirmación de la muchacha.

-Bueno esperen aquí, si ya llamo a la señora. -La muchacha hizo una reverencia para luego subir las escaleras.

-Esta muy bonita esta casa verdad. -Dije escaneando todo el lugar.

-Si debes portarte bien. -Decía Mayu arreglando el vestido de la niña.

-De seguro se portará bien.

Ambas pelinegras voltearon al oír de dónde provenia aquella voz.

Una mujer pelirroja, bajaba las escaleras, con paso elegante, traía un entallado vestido azul marino a las rodillas, su cabello hecho un elegante rodete.

-Tu debes ser Mayu Tsukuyomi y está...pequeña debe ser..., Kurai. -Ambas asintieron haciendo una reverencia

-Bueno asumo ya Naomi te ha dado los detalles, acompáñame a mi estudio debemos hablar de tu paga y el colegio de Kurai, también de las reglas de la casa y luego podrás ir he instalarle.

-Si señora Kurai quédate aqui sí. -Mayu fue tras la señora de la casa, pero está se detuvo a medio camino.

-Kurai puedes ir a jugar al jardín, o ir a el cuarto de juegos, que está al final del pasillo pequeña. -Kakyou le guiño un ojo a la niña en señal de aprobación.

•••

La señora de la casa se ve buena y esta casa es muy bonita, buscaba el salón de juegos, pero una melodía muy bonita llamaba más mi atención.

Abrí la puerta de dónde venía esa música, había varios instrumentos, pero la música venía de un piano de cola y quién tocaba era un niño pelinegro; me acerqué más su música era muy linda y quería ver al niño tocar.

Pero el niño notó mi presencia y la música se detuvo. -¿Quien eres?

-Y...yo e...este bueno yo. -Me sentía nerviosa, ese niño no dejaba de mirarme.

-Estoy esperando es fácil mira dices tú nombre, que haces aquí y ya. -Explico con simpleza el niño.

Si suena fácil en teoría -Kurai me llamo Kurai Tsukuyomi. -Dije apresurada, para no tartamudear.

-¿Y kurai Tsukuyomi que haces aquí? -preguntó el niño rodando los ojos.

-La señora Kakyou me dijo que podía ir a buscar el cuarto de juegos, para no aburrirme, pero me perdí.

-¿Y que haces en esta casa? -cuestionó el niño curioso, por la presencia de la niña.

-Vine con mi hermana, ella va a trabajar aquí y las dos viviremos aquí.

-Este no es el cuarto de juegos, es el de música, ven yo te llevo al cuarto de juegos y así no te pierder. -El niño se levantó para guiar a la pequeña Kurai, pero está estaba inmóvil.

-Vamos niña. -llamó él tomándola de la mano y llevarla a jugar. Ambos niños fueron al cuarto de juegos, Kurai quedó impresionada, por el montón de consolas y demás juegos que allí había.

-¡Wow! -nunca había visto algo así él dueño de todo tenía mucha suerte.

-¿jugamos carreras? -preguntó el niño ofreciendo un control de vídeojuego a la pequeña pelinegra.

-¿Cómo te llamas? -pregunté aceptando el control, para comenzar a jugar.

-Ah si es cierto olvide decirte mi nombre, disculpa mi nombre es Seiya Chiba, tengo once años casi doce y la señora Kakyou es mi madre. -Decía el niño riendo nervioso rascándose la nuca. El resto de la tarde ambos pelinegros jugaron vídeo juegos, viendo películas y comiendo palomitas...

•••

Notas de autora: Yume la madre de Mayu y Kurai es galaxia, pero obvio no la iba a llamar galaxia.

Nos leemos prontito 💜🌙

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora