[33 Petición 💜]

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No podía conciliar el sueño el día de hoy fué una montaña rusa de emociones, por un lado estaba el regreso de Charlotte aunque sea poco tiempo podré ver de nuevo a mi amiga, por otro lado estaba el encuentro con esa mujer después.

—¿Qué querrá? —no podía evitar preguntarme lo mismo, sabía que era mi abuela, pero no podía evitar preguntarme ¿Por qué ahora? ¿Por qué buscarnos después de tanto tiempo?

Me levanté así no iba a dormir decidí ir por un vaso de agua a ver si así lograba aclarar mis ideas.

—Mamá ¿Tú qué habrías hecho? —esa pregunta no dejaba de martillarme en la mente.

Luego de ir por el agua regresé a mi habitación, tomé el celular de mi mesa de noche, eran ya más de media noche, al desbloquear el móvil me percato   que él mensaje de Seiya aún está abierto.

—No supe que responder, lo que si es seguro es que te veré mañana.

Con ese pensamiento volví a la cama de a poco el sueño comenzaba a hacer mis párpados pescados hasta caer en la oscuridad profunda.

°°°°°°

Está es mi casa.

No entendía muy bien lo que ocurría a mi alrededor, todo se veía como siempre  era mi casa todo estaba tal cual.

—¡Papi! —gritó una pequeña niña de unos cinco años de edad baja estatura, largo cabello azabache, piel blanca y grandes ojos azules.

La niña corrió alegre a los brazos del recién llegado.

Este al ver a la niña se inclinó a su altura.

—Hola pichón.

—Hola papá. —Respondió la niña dandole un sonoro beso a la mejilla de su padre.

—Kurai ¿Qué  te pasó? —inquirió el adulto al ver las rodillas de la niña —, dime hija ¿Cómo te lastimaste las rodillas?

La pequeña bajó la mirada avergonzada, no quería contar que la había tirado al suelo una niña, le apenaba que creyesen que no sabía defenderse.

—Kurai espero una respuesta.

—Una niña me tiró pero...

—No te defendiste ¿Verdad?

La niña asintió cómo respuesta aun cabizbaja.

—¿Por qué?

—Tuve miedo. —confesó Kurai entre lágrimas.

Takeru tomó el menton de la niña limpió sus lágrimas con el dorso de su mano —Kuri chan recuerda que no debes dejar que las demás personas te lastimen.

—¿Aunque luego se disculpen padre? —Inquirió la niña sorbiendo su nariz.

—Así es pichón aunque esa persona se disculpe, puedes aceptar las disculpas si tú crees que son sinceras, pero nunca dejes que esa persona te dañe.

°°°°°°

Desperté por el llanto de los niños, miré la hora en el reloj en mi buró eran casi las siete de la mañana.

—Ya voy, ya voy traviesos.

Tomé en brazos a mi pequeño Akira, era quien más fuerte lloraba su hermanita solo miraba a su hermano llorar.

—Kurai.

—Si —respondí sin mirar a mi hermana, mi atención estaba puesta en el pañal de mi travieso pequeño—, Mayu dame una mano, ya que desperté temprano me gustaría estudiar un poco hermana.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora