[19 Una noche 💜]

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Llegué a la mansión el silencio y la oscuridad, hacían ver el lugar algo sombrío, saqué mi celular para llamar a mi hermana, pero al encender la pantalla, había un mensaje de ella diciendo que iría a Kioto papá pidió que fuera a visitarlo, me pregunto, porque siempre le pide a mi hermana que vaya a verlo y a mi nunca me llama siquiera.

Recorrí el lugar y estaba sola en efecto, o eso creía yo hasta que escuché ruidos en el estudio allí vi a Seiya sentado, su camisa algo floja, su corbata desatada, sus mejillas algo rojas símbolo de que ya tenía rato bebiendo.

—Ya te vi curiosa. —Dijo el pelinegro con picardía, tomando un trago de whisky.

—Solo estoy encendiendo las luces, no es curiosidad —dije defendiéndome—, si no necesita nada me retiro.

—Yo creo que mas bien quieres terminar, lo que iniciaste aquella noche.

—Eres un patán. —Solté  molesta con su actitud, cuando, toma últimamente es algo borde.

—Y tú una niña buena y aburrida, que siempre obedece. —Habló el pelinegro de coleta usando un tono burlesco de voz.

—¿Qué tonterías dices? Mejor me voy, es inútil hablar con alguien en ese estado.

Seiya se levantó del sillón, tomando a Kurai del brazo halandola con fuerza, pegandola a su cuerpo —tú sabes a lo que me refiero y me gustaría, oírlo de tus labios. —musutó acercándose al rostro enrojecido de Kurain

Su aliento  golpeaba en mi cuello, haciendo erizar hasta el último rincón de mi piel.

—Sueltame por favor.

—Por favor, siempre tan educada, tan sumisa, no se si en verdad eres tan calmada y afable, o la pequeña Kurai también tiene su lado oscuro.

Aquella cercanía derribaba la barrera, que me tomó años construir —¿Por qué me torturas?

—Yo ¿Tarturarte? ¿A ti? Kurai como podría torturarte si apenas y cruzamos palabras, un día de la nada te alejaste de mi. Cómo si nada y ahora, yo soy el malo  luego no te entiendo. —Refutó elt con ironía cada palabra.

Me dió la vuelta, sentía su aliento a licor, mezclado con su perfume cerré mis ojos con fuerza. No quería, siquiera mírarlo a la cara. Un beso algo osco, me hace abrir un poco la boca, dando entrada a una lengua intrusa, que reclama explorar mi cavidad bucal.

Di fin a aquel beso, un atisbo de cordura llegó a mí —se suponía que era como tu hermanita Seiya ¿Acaso ya no es así...? —se que toma cuando se siente triste y vulnerable, quizás pueda llevarlo a su habitación y terminar con esto.

—Tú empezaste Kurai, quizás yo estoy mal, pero quién comenzó este juego fuiste tú dime algo —tomo un trago esta vez directamente de la botella—; aquella noche, estabas dispuesta a besar mis labios, pero te arrepentiste a último momento ¿Pensaste que no lo notaría? Eres una niña mala.

No pensé que lo notaría, es lo más atrevido que he hecho y, ni siquiera lo logré.  Nunca imaginé que lo descubriría. —Mejor ve a tu habitación y descansa, estas muy tomado.

—No quiero, no soy un niño, para que me andes cuidando. —Se quejaba Seiya tomando otro trago de la embriagante bebida.

Salí de aquella habitación sintiéndome, avergonzada y descubierta, no pensé que notaría que quería besarlo aquella noche, es más creía que aquel asunto ya había quedado enterrado.

Caminaba por el pasillo en zancadas, quería estar lejos de aquel grosero de la nada estaba contra la pared; acorralada al abrir los ojos un par de ojos azules me miraban algo desorbitados por el alcohol ingerido.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora