[ 5 París y un nuevo comienzo💜]

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Estaba maravillada, con cada cosa que veía era realmente preciosa, se respiraba el romance y...

—Kurai vas a llenar la memoria con fotos de la torre Eiffel.

—Charlie no seas aburrida. —Dije haciendo puchero y guardando mi cámara en la mochila. Se supone que Charlotte debería estar feliz de volver a el lugar donde creció que realmente era muy hermoso, pero al contrario no se veía muy animada.

Recorrimos un poco la ciudad,  al caer la noche, pedimos un taxi llegamos a una linda casa en los suburbios parisinos, era preciosa, con un jardín perfectamente cuidado,  la verdad. Pero se veía sóla.

—¿Estás segura que hay alguien aquí? —pregunté mirando por la ventana, pues todas las luces estaban apagadas.

—Charlie.

—Si hay personas. Kurai —La rubia sacó unas llaves de su chaqueta, abrió la puerta al encender la luz pude apreciar la belleza de aquel lugar, era de un estilo clásico muebles blancos y pinturas hermosas. Y una gran lámpara en el techo, una araña dorada con muchos cristales.

—Ponte cómoda ya vuelvo.

Charlotte desapareció entre un oscuro pasillo, dejé mi maleta a un lado para poner mi atención en unos retratos, que estaban en una pequeña mesa pude apreciar a Charlotte de pequeña y a un niño muy parecido a ella, en la foto también salía la madre de mi amiga.

—Es mi hermano Kuri chan.

Del susto por la llegada repentina de Charlotte dejé caer el retrato al piso, ella lo tomó y apenas lo vio una sonrisa se dibujó en sus labios. Volvió a poner el retrato en su sitio.

—No quise ser entrometida, disculpa Charlie yo...

La rubia me tomó de la mano, para sentarse conmigo en uno de los sillones.

—La abuela vendrá en un momento, ven llevemos las maletas a nuestra habitación. —Tomé mi maleta y seguí a mi amiga al segundo piso, que estaba igual de elegante que la primera planta, llegamos a una habitación, con flores pintadas en la puerta, al entrar Charlie encendió la luz mostrando una hermosa habitación, de paredes amarillas, con una gran cama con sábanas blancas y un cobertor verde menta muy claro, una estantería llena de libros y juguetes, también había repisas llenas de figuras de dinosaurios, de todas las formas: grandes, pequeños, feroces, tiernos, algunos de peluche y otros como figura de acción y otra repisa estaba llena de osos de peluche mi amiga se derretía por los osos de peluche, era como si la habitación fuese compartida por dos niños, había detalles de niña y otros de niño.

—Esta era mi habitación y la de mi hermano, había más habitaciónes pero a mí hermano Hideki y a mí nos gustaba estar juntos, creo es típico en los mellizos. —Sabia que Charlotte tenía un hermano no sabía que fueran mellizos, además nunca lo había visto en el tiempo que tenemos de amistad.

Tomé asiento a lado de mi amiga sabía, que queria hablar, yo la escucharía.

—Hideki murió hace casi seis años, para mis padres fue muy difícil y para mí aún más, por eso nos fuimos a Japón.

No sabía que hacer solo abrazar a mi amiga, que aguantaba las ganas de llorar, pero en mis brazos ya no podía retener las lágrimas.

—Gracias por haber venido Kurai. —Decia la rubia aún abrazada, a la pelinegra.

—Gracias a ti por haberme traído. —Mi celular sonó y mi amiga se soltó del abrazo.

—Seguramente es tu hermana, responde si.

Asentí Charlotte fue al baño, yo saqué mi celular de mi chaqueta, en efecto era Mayu, tenía trece mensajes y más de veinte llamadas perdidas, rodé los ojos —Mayu y su instinto de mamá intensa. —También había un mensaje de Kakyou la señora de la casa pidiéndome que sea buena niña, que disfrute mucho el viaje y por último estaba Seiya, tenía varios mensajes de él deseandome un buen viaje, que a mí regreso tenía algo que contarme -¿Que será eso que me quiere contar?

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora