[9 matrimonio💜]

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—¡Cómo crees que voy a usar ese colgante de niña Unazuki! —exclamó el pelinegro negandose a la petición de la muchacha pelirroja que lo miraba con cara de cachorro.

—Vamos estrellita yo también usaré uno mira. —Decía la muchacha mostrándole su cuello.

Seiya rodó los  ojos con  fastidio. —Tú eres una chica Nuki chan, a ti te queda lindo, pero vamos, pareceré gay con eso preciosa, además Taiki y Yaten me harán su objetivo de burlas.

Seiya iba a seguir alegando pero al ver ese par de gemas esmeraldas, cristalinas por las lágrimas acumuladas tragó grueso oficialmente había metido la pata.

—Te da pena usarlo.  —Dijo Unazuki con un hilo de voz.

—Es que nunca estamos juntos por tus giras y esas cosas y quería usar esos colgantes contigo, en señal de aunque no estemos juntos físicamente siempre estaremos cerca de corazón. —Dijo la pelirroja limpiando sus lágrimas.

—Esta bien conejita usaré ese colgante de nena, porque te  amo. —Dijo el pelinegro acercándose a la chica, ella le colocó la cadena en su cuello, ambos tenían sus frentes juntas y se rozaban la nariz.

—-Eres una manipuladora Nuki chan así no se vale conejita.

Ambos compartieron un beso no uno pasional, si no uno tierno, que reflejaba un amor, aún inocente.

—Tú crees estrellita. —Decía la chica con voz inocente y haciendo pucheros.

Seiya se derretía de solo mirar ese par de esmeraldas, que Unazuki tenía por ojos.

—Si muy manipuladora si llegacemos a tener una hija temo que sea igual que tú pequeña tramposa.  —Dijo él  antes de volverla a besarla.

•••

Nuevamente en la mansión Chiba se celebró una boda está vez era el turno del menor de los hermanos Chiba; la ceremonia fué un evento privado al cuál sólo asistió familia, amigos más cercanos y personal de trabajo de Seiya.

La recepción de la boda era en el jardín, todo estaba perfecto y exquisitamente decorado, Kakyou personalmente se había hecho cargo de todo y es que lo hacía encantada para ella, sus dos hijos, eran lo más importante.

Era el momento del primer baile de los novios, Unazuki lucía de sueños, se veía perfecta en su vestido de novia estilo princesa, su cabello rojizo suelto ondeaba con cada giro que el pelinegro le daba.

—Unazuki.

—¿Si?

—Estas preciosa.

—Gracias estrellita, tú también estás muy apuesto. —Decía la novia con sus mejillas sonrojadas a pesar de su tiempo de noviazgo, Seiya tenía aún la capacidad de hacerla sonrojar como cuando era una adolescente.

De un momento otro para Seiya todo comenzó a dar vueltas, un dolor punzante de cabeza lo hizo detenerse.

—Estrellita ¿Estás bien? —preguntaba Unazuki, por el repentino semblante de su ahora esposo.

—Si Nuki chan es solo... —Seiya pensó en decirle, a la pelirroja los dolores de cabeza y mareos, que lo torturaba desde hace casi un mes, lo pensó mejor y decidió callar.

—No es nada Nuki chan solo es agotamiento, las giras y la universidad, apenas y me dejan dormir. —Se justificó restando importancia a sus mugrañas.

—Seiya  —Unazuki lo tomó de su mejilla con ternura—. ¿Seguro es solo eso? —el pelinegro solo asintió como respuesta, tomó los labios de Unazuki en un corto pero apasionado beso, tomando a la bella pelirroja de sus mejillas.

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