[39 La Ruptura 💜]

8 3 0
                                    

La vió llegar   su rostro estaba decaído, tenía signos de haber estado llorando.

—Hola Seiya. —Saludé al verlo no esperaba que estuviera  despierto a esa hora.

—¿Qué ocurre? —inquirió el nombrado ignorando el saludo de la recién llegada pelinegra.

—Pues yo...

—Kurai antes que digas algo se que no estuviste en tu consultorio, llamé a tu secretaria y me dijo que te fuiste toda la tarde, fui  a buscar a   los  niños  creí que ya estabas en casa y de verdad pensé que ya de plano algo te había ocurrido, y ahora te veo llorando y más me preocupo por tí.

—Lo siento no era mi intención preocuparte, lamento no poder buscar a los mellizos de su práctica y yo...

Recordar el amargo momento que tuve al intentar acercarme a mi familia materna me dejó un amargo sabor de boca; nunca en mi vida había conocido a un hombre tan prepotente.

Más lágrimas salieron, se acercó a su esposa preocupado por verla llegar tan tarde y llorando no era normal.

—Kurai —alzó  su rostro limpiando sus lágrimas ella al sentir su contacto le abrazo con fuerza hundiendo su rostro en el pecho del pelinegro le correspondió el gesto y le abrazó con fuerza—, nena me estás asustando dime ya ¿Qué te ocurre? —preguntó Seiya deshaciendo el abrazo para mirarle a los ojos.

—Por petición de Hanako fui a ver al padre de mi madre...

—Osea tu abuelo.

Negué —no Seiya aunque ese hombre sea mi abuelo no merece ser llamado como tal nunca había visto a una persona hablar tan mal de su hija, no le remordió ni un poco la conciencia el hecho que mi madre falleció y no estaba ahí para defenderse, Mayu tenía toda la razón cuando decía que esas personas no merecían ningúna  consideración.

—Y Hanako ¿Tampoco la merece?

Guardé silencio ante aquella pregunta, Seiya no vió y mucho menos oyó lo que yo oi.

—Es complicado. —Respondí desvíando la mirada, caminé a la cocina necesitaba agua.

Él apoyó los brazos en la encimera vió a la  pelinegra   tomar agua.

—Nena no es un estado de facebook del que hablamos para que digas que es complicado, lo importante es que al menos lo intentaste. —Dijo él con simpleza.

—Seiya, Hanako intenta acercarse y me agrada pero es una mujer temerosa y no se porque te lo juro no se cómo soporta a ese sujeto, definitivamente Hisui Amamiya es insoportable un completo ególatra misógino.

—Linda porque mejor no te olvidas de ese mal rato que ese anciano te hizo pasar. —Dijo él acercándose a su esposa,  hizo   a un lado el   vaso que Kurai tenía en sus manos.

—¿Qué pretendes? —pregunté fingiendo inocencia.

Seiya la tomó de la cintura apegando el cuerpo de Kurai al suyo  —¿Tú qué crees? —cuestionó él con picardía en el oído de la pelinegra.

Su voz en mi oído, junto a la calidez de su aliento me hizo erizar la piel, sus labios con los míos se movían en sincronía, literalmente su sabor era dulce y mentolado.

Detuve el beso, lo tomé de las mejillas, me miraba con ojos brillantes aquel par de lagunas azules siempre causaban el mismo efecto casi hipnótico en mi. 

—Dime que no llevaste a los niños a comer helado Seiya.

—No cómo crees. —Respondió Seiya con una sonrisa ladina.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora