[ 12 Celos y algo más 💜]

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El despertador no dejaba de sonar ese constante Big, martillaba mis oídos. Se suponía hoy era mi descanso no soporté más ese infernal sonido; derrotada no tuve más opciones que levantarme.

Me incorporé aún adormilada, escuché la puerta abrirse, era Mayu que entraba con ropa casual y no su uniforme de doméstica.

—¿A dónde vas? —pregunté despertándome.

—Iré con Saki al aeropuerto, la pobre no tiene más familia, que sus hermanos y con ellos, no es que se lleven del todo bien.

Suspiré resignada, Saki era quisquillosa, pero no tanto como mi hermana. De ahora en adelante Mayu sería la nueva ama de llaves Saki se retiró; después de casi tres décadas decidió ya era hora de descansar.

Lo malo de este asunto era que ahora, mi hermana sería mi jefa y para rematar, Sasame está por irse también.

—Sasame hará el aseo necesito te arregles, te harás cargo de la hija de los señores...

—¿Qué hija? —cuestioné confundida, no entendía, de que hablaba Mayu.

Mayu tomó asiento en su cama junto a la mía, su cara de intriga despertó mi curiosidad. Luego una sonrisa. —Setsuna y Mamoru adoptaron a una hermosa bebita pelirroja, es una monada.

Aquella noticia me quitó el aliento definitivamente, pero también me alegraba la señora Setsuna y Mamoru anhelaban ser padres, no poder tener uno propio había deprimido mucho a Setsuna, aunque aún no entendía ¿Qué le impedía tener hijos a la señora? Según era sana, aún así sus embarazos terminaron en perdida.

—Si la señora tiene un evento, debes cuidar a la pequeña Selene...

—¿Selene? —interrumpí nuevamente a mi hermana, aquél nombre no era muy común aquí en Japón. Por otro lado me resultaba muy bonito y enigmático.

—Si Kurai Selene es su nombre, ahora arréglate, no quiero que Sasame se encargué de la niña.

Sabia a que se refería mi hermana, Sasame hacía bien su trabajo, pero era... Algo torpe.

•••

Ya lista para mi nueva tarea y también emocionada, amo a los niños, subí rápido las escaleras, no fué difícil saber dónde estaba la bebé su llanto me ayudó a encontrarla. Selene lloraba en brazos de Sasame seguramente, se sentía incómoda.

—No llores Chibichibi —rogaba Sasame—, porfa nena tengo una jaqueca horrible.

Sasame al ver a Kurai entrar, sus ojos chocolate se iluminaron, corrió para darle a la niña a su compañera de trabajo y amiga. —Menos mal llegaste.

Tomé a la pequeña en mis brazos, su carita ya estaba roja y empapada, de tanto llorar —no llores si. —Alzaba a la pequeña en mis brazos y comencé  hacerle monerias, aquel llanto fué sustituido por adorables risas.

—¡Vaya de la que me salvaste! —exclamó Sasame de alivio—, a Chibichibi no le agrado.

—¿Chibichibi? —inquerí confundida.

—Asi la llama la señora Setsuna de cariño. —Respondió Sasame mientras acomodaba su uniforme algo arrugado, por cargar a Chibichibi.

—Un mote tierno para una niña tierna y hermosa. —Aquella niña despertó en mi una ternura casi instantánea. Sus ojos zafiros me miraban destellantes y curiosos y esa tierna sonrisa de bebé derretía mi corazón como algodón de azúcar.

—Parece más hija tuya que de la señora Setsuna, incluso Mamoru podría pasar desapercibido como padre de la niña.

—¡Sasame! ¿Qué locuras dices? Estás loca, aquellos tragos te cayeron mal.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora