[27 Dulce momento 💜]

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—No tenías que venir conmigo, yo podía haber venido. —No se porque ese afán de la nada, en estar atento.

—¿Y por qué no hacerlo? —inquirió él con desinterés—, son mis hijo después de todo. —Respondió Seiya encogiéndose de hombros.

—Eso no es tu obligación, yo puedo ir y venir sola...

—Kurai llevemos la situación como dos adultos, maduros, responsables y civilizados. —Habló el pelinegro bajando un poco sus gafas oscuras.

Salí del auto en dirección al área de consultorios, ya me había rendido Seiya insistente y no era que yo quisiera ser antipática con él; pero no podía evitar sentirme rara.

Suspiró frustrado Kurai le trataba como si fuera un jodido leproso, la situación no era llevadera, también salió del auto respiró profundo para tragarse uno que otro improperio para soltar en el día.

Encontró a Kurai en recepción y está al verlo, puso sus ojos en blanco, tomó su número ignorando al pelinegro, pasando de largo.

—Un día difícil ¿No? —cuestionó la recepcionista, esbozando una sonrisa que transmitía sabiduría.

—¿Qué? —empero el pelinegro distraído.

—La muchacha —respondió ella —, son las hormonas las que la hacen estar así de voluble, su esposa en este momento es un volcán de emociones. Solo sea paciente. —comentó la mujer aún sin dejar de sonreír.

Siguió su camino y allí la encontró hablaba por teléfono, su tono de voz denotaba molestia y sus expresiones lo confirmaron.

Se sentó frente a ella y está solo dió una mirada fugaz, para seguir "su discusión telefónica".

Lo ví sentarse a mi frente, hoy definitivamente no era mi día, mi hermana dijo que mi padre me esperaba en un café, quería verlo pero aún me faltaba y también estaba tía Naomi quería verlos pero, no quería que hicieran preguntas.

Los minutos pasaron y el turno de Kurai llegó, quiso entrar con ella, pero recordó las palabras de la recepcionista " son las hormonas las que la hacen estar así de voluble, su esposa en este momento es un volcán de emociones. Solo sea". Optó por dejar que pasara sola.

•••

Al parecer todo iba bien con el embarazo, pero nuevamente no se pudo ver el sexo de las criaturas.

—¿A dónde irás? —preguntó el pelinegro deteniendo el auto.

—A ver a mi familia, regreso con Mayu. —Sali del auto apresurada, de seguro ya estarían molestos de tanto esperar.

Estaba por irse pero notó un celular, con una cursi funda morada, con orejas de conejo y escarcha.

Tomó el aparato, rodando los ojos —carajo. —Soltó cansado, arrastrando las palabras, apagando el auto.

Salió del auto, debía ir y entregarle su teléfono a Kurai no podia estar incomunicada y más en su estado.

Le dió alcance a la pelinegra, a punto de entrar al ascensor, le llamó la atención encontrar a cierto peliazul de ojos índigo.

—Estas hermosa Kurai.

—Gra... gracias Zafiro. —era la persona que menos espere ver en este momento.

—Me alegra verte y que seas feliz, no imaginé verte así...

—¿Qué haces aquí Yagami? —cuestionó Seiya con desden.

—Pues es un centro comercial genio, tengo un centenar de motivos para estar aquí. —Espetó Zafiro resaltando lo obvio no n tomó irrisorio.

—¿Qué haces aquí Seiya? Te dije que regresaría con Mayu...

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora