[ 11 Negación 💜]

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Ha pasado una semana, desde la muerte de Unazuki Seiya se negaba a aceptarlo, por complicaciones médicas se quedó más tiempo internado.

Entré silenciosa a la habitación de Seiya, me partía el alma verlo así, recibir la noticia de la muerte de Unazuki y de su pequeño que aún no había nacido le afectó mucho.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Seiya en un hilo de voz.

—Yo...bu...eno solo quería verte y saber cómo seguías.

—Tú kurai enserio ¿Tú cómo crees que estoy? —espetó Seiya con veneno las palabras.

Sabía mi pregunta era tonta, obviamente estaba mal, yo no podía imaginar el dolor que cargaba él por dentro en este momento, perder a los dos seres más importantes de tu vida, en una noche es para desquiciarse.

—Lo siento no debí venir yo...

—¡Espera! —llamó Seiya incorporándose en la cama.

—Si.

—Ven aquí por favor. —Pidió el pelinegro bajando de nuevo, su voz.

Solté la perilla de la puerta, me dí la vuelta fuí con Seiya, en este momento no podía dejarlo solo, verlo asi me removía todo.

Seiya me tomó por sorpresa, esperaba cualquier cosa un grito, un reclamo, lo que sea pero no un abrazo y no cualquier abrazo sino uno desgarrador, correspondí sin pensarlo lloraba sin importar nada, sin darme cuenta las lágrimas también salían de mi.

Luego de expulsar todo aquel amargo dolor, Seiya comenzó a sentirse mareado, con cuidado  le ayudé a recostarse sobre la cama, se sentía mareado.

No paraba de llorar, lamentarse y decir que quien debía ser él y no Unazuki quien muriera

•••

Los médicos entraron, me pidieron salir de la habitación, al salir al pasillo, ví a Yaten tomaba, café recostado en la fría pared.

—¿Cómo sigue? —preguntó el albino, sin mirarme a la cara.

—Mal no para de llorar y decir, que él fue quien debió morir ¿Aún no han dado con el cuerpo de Unazuki?

—Furuhata supo ocultar todo, solo llamó dió la noticia y culpó a Seiya de todo.

Se me hacía tan injusta esa decisión, del hermano de Unazuki, Seiya no era culpable, Unazuki tampoco era culpable, el destino fué cruel con ambos pero la postura de Motoki no era la mejor.

—Kuri chan llevas una semana en Kioto, has perdido clases, si quieres puedes irte conmigo está tarde. —Se ofreció Yaten.

—No yo quiero esperar, a que den de alta a Seiya, no quiero dejar a la señora Kakyou sola, ella puede necesitar ayuda y...

—Kurai Seiya ya está estable, de seguro no pasa de mañana, que le den de alta. —Intentaba convencer Yaten a la terca pelinegra.

El albino tiró, el vaso ya vacío de café al depósito de basura dispuesto a irse.

—¿Aún estás enamorada Kurai? —preguntó Yaten, mirando fijamente. No sabía que decir, estaba pálida y cabizbaja, su flequillo cubría su mirada, alzó su rostro dispuesta a responder.

—No y creo este sea  lugar, ni momento, para esas preguntas Yaten.

Me fui molesta, por la pregunta, dejando solo Yaten.

—Tus palabras dicen que no, pero tus acciones dicen otra cosa, solo espero que no salgas herida nuevamente Kurai.

•••

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora