[ 24 Regreso 💜]

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Había llegado a su departamento luego de haber sido dado de alta del hospital, su madre y hermano le acompañaban.

-Seiya porque no vienes a casa, allí estarás mejor, y...

-No y no insistas por favor madre, no estoy para eso -fue a su habitación tomó una maleta pequeña y metió ropa, su celular sonó, esperaba esa llamada-, necesito este listo el avión máximo mañana en la noche.

Kakyiou siguió a su hijo estaba preocupada, se mostraba frío y calculador, no esperaba que Setsuna actuara así, esa chica siempre mostraba ser una persona correcta, de buenos sentimientos.

-Ok Yamato en la noche estaré en el hangar, si Neherenia pregunta solo dile que yo di la orden. -Colgó la llamada para ordenar un poco su maleta.

-¿A dónde vas? hijo acabas de salir del hospital, no estás en condiciones, Mamoru has algo ayúdame a convencer a tu hermano. -Llamaba Kakyou a Mamoru, pidiendo apoyo, su primogénito.

-¡No voy a quedarme aquí de brazos cruzados! -cerró con fuerza la pequeña maleta-, no pienso dejar morir a mi hija, en manos de Setsuna Meiōu madre, porqué esas acciones no son de una mujer muy cuerda que digamos y me importa un carajo lo que Setsuna haga, pero mi hija vendrá conmigo. -espetó molesto el pelinegro.

Salió de la habitación ignorando a su madre y a su hermano, Kakyou quiso ir tras su hijo menor pero Mamoru la detuvo tomándole del hombro.

-Madre estaré con él no te preocupes, tampoco des aviso a Setsuna que eso sería ponerle sobre aviso.

-Pero Mamoru Seiya no está bien, tú y yo podremos encargarnos de esto. -Dijo la pelirroja preocupada.

Mamoru negó -él necesita hacer ésto, pero en algo tienes razón, esto necesita ser arreglado llama a Nephrite y explícale la situación. -Dijo saliendo también debía dar alcance a su hermano y evitar que hiciera algo, de lo que podría arrepentirse.

•••

Dos días han pasado desde que Seiya fué internado, ya estaba a punto de subir a un avión con destino a New York, tomaría el avión de la compañía Mamoru le había pedido que guardara reposo, pero él no estaba para reposo alguno.

Sacó el medallón que estaba en su bolsillo y lo observaba, con melancolía de un recuerdo de su Nuki chan.

-Flashback-

-¡Cómo crees que voy a usar ese colgante de niña Unazuki! -exclamó el pelinegro negandose a la petición de la muchacha pelirroja, que lo miraba con cara de cachorro.

-Vamos estrellita yo también usaré uno mira. -Dijo la muchacha mostrándole su cuello.

Seiya rodó los ojos con fastidio -tú eres una chica Nuki chan, a ti te queda lindo pero vamos, pareceré gay con eso preciosa, además Taiki y Yaten me harán su objetivo de burlas.

Seiya iba a seguir alegando pero al ver ese par de gemas esmeraldas, cristalinas por las lágrimas acumuladas trago grueso oficialmente había metido la pata.

-Te da pena usarlo. -Dijo Unazuki con un hilo de voz-, es que nunca estamos juntos por tus giras y esas cosas y quería usar esos colgantes contigo, en señal de aunque no estemos juntos físicamente siempre estaremos, cerca de corazón. -Dijo la pelirroja limpiando sus lágrimas.

-Esta bien conejita usaré ese colgante de nena, porque te amo. -Dijo el pelinegro acercándose a la chica, ella le colocó la cadena en su cuello, ambos tenían sus frentes juntas y se rozaban la nariz.

-Eres una manipuladora Nuki chan así no se vale conejita.

Ambos compartieron un beso no uno pasional si no uno tierno, que reflejaba un amor, aún inocente.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora