[10 Roto 💜]

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La pelirroja llegó, con una bandeja de bocadillos y dos tazas con humeante y delicioso té, seguidamente Unazuki tomó asiento, frente a Kurai.

—¿Cuántas de azúcar Kuri Chan? —la nombrada tardó unos segundos en reaccionar a la pregunta de Unazuki, la verdad era que se sentía extraña, no incómoda solo extraña. Una opresión en su pecho no la abandonaba.

—Dos por favor.

—Una y dos, espero y te guste, es una infusión de magnolias y hierba buena.

Tomé la taza, el aroma era exquisito, dí un sorbo y definitivamente, estaba muy rico el té.

—¿Qué tal la universidad? —preguntaba Unazuki, para sacar tema de conversación.

—Bien la verdad es que me fascina la psicología, mucho más de lo que imaginaba.

—No te veo desde aquella noche, que viniste a traer el obsequio de la señora Kakyou y Setsuna.

—Lo siento es que entre la universidad y el trabajo, en la mansión, no tengo mucho tiempo. —Me excusaba,  vine a ver a Unazuki por insistencia de la señora Kakyou, la pelirroja estaba en su octavo mes de embarazo y desde el sexto mes, las cosas no iban muy bien.

—Ya debo irme tengo clases y... —Quede a medias, pues Unazuki recibió una llamada.

—Si diga si, soy su esposa. —Los ojos de Unazuki se abrían al máximo.

Me levanté fui tras Unazuki, no quería ser mal educada, pero esa llamada la había alterado mucho.

—¡Cirugía! —exclamó la pelirroja, llevándose, la mano a la boca.

—¡Pero estamos hablando de una aneurisma! —a estás alturas Unazuki, ya estaba más que alterada. Una punzada en su abultado vientre, la hizo sentarse por el dolor.

Tomé el teléfono de Unazuki, está no se veía bien, su rostro estaba palido como hoja de papel.

Segui su llamada, al parecer Seiya, debía ser intervenido de emergencia, por una aneurisma cerebral, según había colapsado en pleno concierto en Kioto.

Colgué la llamada, de inmediato Unazuki no se veía nada bien.

—Seiya es fuerte estará bien, piensa en tu bebé Unazuki. —Me partía el corazón verla así, para que negarlo, yo estaba igual que ella de preocupada por Seiya. Según ya estaban por intervenirlo de emergencia.

—Unazuki lo mejor es llamar a un médico, no se ve nada bien. —Aquella llamada, dejó muy mal a la pelirroja.

Insistí mucho en llevarla a un hospital, pero ella no hizo caso.

Recordé que Unazuki tenía un hermano, busqué en su celular y entre sus contactos, estaba  Motoki hermanito, marqué y al tercer tono contestó.

—Nuki chan hola...

—Escucheme Unazuki no está bien, recibió una noticia, insistí mucho en llevarla al médico y no q deuiere ir. —Volví a ver a Unazuki se había levantado, camine por doquier hasta llegar lo que supuse era su habitación, allí estaba sentada, en su cama llorando con un portaretratos en sus manos.

—¿Hay alguien allí...? —preguntaba Motoki, desesperado por el silencio en la llamada.

—Si disculpe aquí estoy.

—Ire a verla no se preocupe. —Dijo el rubio al otro lado de la llamada, para luego colgar.

Volví con Unazuki la calmé un poco, media hora después llegó Motoki.

—¿Como está? —preguntó Motoki por su hermana.

—En su habitación. —Fue lo único que atiné a decir, el rubio salió escaleras arriba a ver a su hermana menor.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora