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Ya había visto a ese sujeto, lo que no entendía era ¿Por qué estaba ahí en casa de su amigo?.

—Disculpa ¿Se te ofrece algo? —preguntó el peliblanco con amabilidad.

—Esta Yaten.

—No...

Diamante dejó de hablar pues Minako salió de la casa parándose junto al albino.

—Hola Seiya —saludó la rubia con una radiante sonrisa—, escuché que preguntabas por mi Yaten, si quieres puedes esperarlo no tarda en regresar.

—Mina...

—Ya debo irme Minako voy tarde a la universidad. —Dijo el albino  despidiéndose de la rubia.

—Puedo venir luego Mina...

—No, no, no  de ninguna manera ya Yaten está por regresar y ya estás aquí. No te vayas —pidió Minako en un tono infantil acercándose a los mellizos—, quédate hice pastel de zanahoria de seguro la pequeña chibichibi querrá una gran rebanada. —Habló la rubia tomando a la pequeña Selene de la nano.

—Si quiero. —Respondió la pequeña emocionada.  

—Esta bien nos quedaremos. —Respondió el pelinegro tomando la invitación de Mina.

—¡Perfecto! —Mina se adentró a la casa de  mano de la pequeña Selene para llevarla adentro.

—Toma asiento ya vuelvo.

Seiya aceptó el ofrecimiento de la rubia, bajó ambos portabebé al suelo quedándose concentrado en los pequeños que movían emocionados sus bracitos y piernas risueños al ver las monerias que el pelinegro les hacía.

—No imaginé que fueras un padre tan cariñoso —dijo Minako dejando una bandeja en la mesa ratona—,  ¿Te toca cuidar hoy de los mellizos?

—No estoy con ellos desde ayer. —Respondió el pelinegro aceptando una rebanada de pastel de manos de Minako. 

—Oh cada vez Kurai te suelta más la correa —la rubia guardó silencio al ver que solo ella reía de su chiste—, lo siento olvida lo que dije.

—No tú tienes razón Kurai no cree que sea confiable, pero de a poco le he demostrado lo contrario —quizá Mina solo habló por hablar pero,  era cierto Kurai no confiaba mucho en él  pero las cosas poco, a poco iban arreglándose—. No te preocupes Mina cambiando de tema cuanto te falta.

—Ya falta poco espero ansiosa a mi duraznito ya casi cumplí nueve meses, Momo está por nacer. —Dijo Mina emocionada.

Selene se levantó del sillón y corrió emocionada sujetándose a las piernas del albino que acababa de entrar.

Yaten tomó a la pelirroja en sus brazos alzando a la risueña niña. —Pero que agradable visita  tengo hoy. —Dijo el albino  alzando a la  pelirroja en brazos, limpió un poco las migajas de pastel en la niña. Llegó con Minako y Seiya sentándose junto a la rubia.

—Hola Seiya ¿A qué debo tu visita? —preguntó el rubio bajando a Selene de sus piernas.

—Bueno los dejo hablar, vamos chibichibi en la cocina hay jugo de manzana y también te limpiamos la carita. —Mina tomó a la niña de la mano dejando a Seiya y a Yaten solos, con los mellizos.

—Necesito tu ayuda.

—¿Ahora que hiciste? —cuestionó el peliblanco apoyando su cabeza en su brazo—, ya dime ¿Qué quieres?

—Quiero que me ayudes a frenar las notas de Mimi Yaniu en su programa, se que tú y esa periodista se llevan bien, ayer me abordó con muchas preguntas incómodas y estaba un poco airado y...

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora