[34 Regreso 💜]

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Estaba en silencio mientras miraba la televisión, Mayu me hablaba pero su voz era lejana para mí en ese momento.

—¿Kurai estás ahí? —inquirió la pelinegra tomando a su hermana menor de su hombro —, Kuri  escucha es solo un programa de chismes y...

—¡Pero ese programa me está dejando por los suelos! —no quería gritarle a Mayu, ella no era la culpable pero estaba muy enojada con todas las mentiras que esa mujer soltaba de mi.

—Hermana si está mal que dijeran todas esas cosas, tambien dijeron cosas de la familia de nuestra madre...

—Eso no me importa, lo que me molesta es que me dejarán como una mujer deshonesta que engañé a Zafiro con Seiya; hermana tú, tú sabes que no sería yo no soy así...

Las palabras no salían solo comencé a llorar consumida en mi rabia y desesperación por todas esas mentiras.

—¡Escucha! —Dijo Mayu alzando la voz, halando a su hermana menor hasta que está quedó de pie—, son solo chismes Kurai  tú sabes el tipo de mujer que eres y te aseguro que Zafiro y incluso Seiya lo saben, esa mujer cabeza de zanahoria hizo mucho enfasis en la familia Amamiya lo más probable es que su intención haya sido desprestigiar a esa gente y tú solo fuiste el medio para hacer eso.

—Mayu, Seiya quizá...

—Aguarda.

Mayu se levantó a abrir la puerta, al abrir vió a su padre este  traía una canasta.

—Te esperaba papá, pensé que ya no vendrías. —Comentó Mayu haciéndose a un lado para que su padre entrara al interior del departamento.

—Lo siento Mayu no quise venir con las manos vacías y quise preparar algo.

—Vamos no te quedes afuera. —Animó la pelinegra a que su progenitor siguiera adelante.

Takeru a medida que avanzaba detallaba el interior del hogar de su hija.

—Todo está muy bonito. —Dijo Takeru entregando la canasta en manos de su hija.

—Gracias —respondió ella aceptando el canasto que emanaba un delicioso aroma dulzón.

—¿Dónde está tu hermana? —inquirió el hombre mirando a los lados en busca de la más joven de sus hijas.

—Estaba aquí hace un momento  —respondió Mayu dejando la canasta en la mesa junto al tazón de palomitas—, toma asiento de seguro está en su habitación.

—Lo más probable es que le incomode verme Mayu y yo la entiendo, hija lo mejor es que me retire...

—No papá no digas eso, Kurai sabía que hoy vendrías a visitarnos lo más seguro es que este con los niños —explicó la pelinegra  con simpleza—, ahora tú ponte cómodo estás en casa.

Mayu desapareció en el pasillo,  tocó la puerta de la habitación de Kurai pero no hubo respuesta. La pelinegra está vez tocó la puerta del baño y obtuvo la misma respuesta silencio.

Volvió a la sala y ahí la vió recargada en el marco de la cocina con un vaso de agua en sus manos.

—Pensé que estabas en tu habitación, te llamé y no respondías.

—No te oí —mentí porque si la escuché, pero por alguna razón no me sentí capaz de afrontar a mi padre—, quería un poco de agua hola papá. —Saludé al hombre sentado en el sofá.

—Kurai hija —habló Takeru emocionado respondiendo el saludo—, hola ¿Cómo estás pichón? Traje  mochi.

Guardó silencio al ver a la muchacha acercarse a él hasta sentarse en el sofá diagonal donde Takeru estaba.

Siempre Has Sido Tú 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora