Deseaba conocerle, aunque sea por un instante, que podía hacer era una cotilla, Hao Yueying cambio sus ropas por las de una doncella de palacio, el eunuco sostenía la caja esmaltada donde transportaba los utensilios.
El plan de la Emperatriz era que realizara personalmente la pintura que supuestamente ella pidió, que lo mirara bien, escuchara la voz de su futuro esposo.
"Escuche que esta reacio" realmente lo escucho, muchas de las doncellas hablaban de ello a sus espaldas, como Qiao Chen Yu se negaba a casarse con ella, si ellas sabían es que en la capital se hablaba de ello.
A nadie le importaba que escuchara, que más daba, era solo una princesa de título conferido, había sido un don nadie en el palacio y ahora sería endorsada a un esposo que tampoco la quería.
¿Le importo?
Para nada, la anhelada libertad estaba al alcance de su mano, la necesidad de inventar formas de llamar la atención de un hombre para ganarse su favor y mejorar su vida no era precisamente algo que le apeteciera, tanto tiempo en aquel solitario lugar la volvió melancólica, pronto saldría de palacio y cuando lo lograra pensaría algún modo de lidiar con ello.
El sueño de su infancia se cumpliría, sería la esposa de alguien y la madre de toda una generación.
Sonrió para sí, tan simple era su sueño.
La Emperatriz mando a llamarla, camino lentamente mientras alguien más sostenía sus cosas, en el jardín un hombre de aspecto simple saludaba a la Emperatriz, ropas de erudito con pálido neutral, nada ostentoso, pulcro.
Su futuro esposo.
Una primera mirada, las miradas se cruzaron.
Comprendió, las mujeres estarían tan celosas de ella en el fututo, no tenía palabras para describir aquel rostro. Una apariencia hermosa, más que la mayoría de las mujeres en el harem imperial, que simple se veía ella en comparación a él.
Tenso.
Quería reír, pero debía mantener las apariencias.
Ella se sentó en la mesa de trabajo que colocaron bajo a un árbol no muy lejos de la Emperatriz que les observaba, rígido mientras realizaba pequeñas pinceladas en el papel, pinto flores, un patrón para bordado, ni siquiera era capaz de pintar bien, pero prosiguió con su tarea, lo suficiente como para no levantar sospechas.
- ¿Eres doncella de la Princesa?
- No joven Maestro.
- ¿Pero estas familiarizada con ella? - asintió, no le mentía, solo omitía – la...
- "Si el hombre culto habla cuando debería callar, todos quedan perplejos ante sus palabras; si, por el contrario, el hombre culto calla cuando debería hablar" *
La atenta mirada de la Emperatriz Chen no advirtió el cruce de palabras, la repentina tención en los hombros de Qiao Chen Yu, nada, los dejo proseguir.
Quería complacer a Hao Yueying, la conocía desde tantos años ya, en la misma selección que ella, pero al ser recomendada por la Emperatriz Viuda su destino en palacio fue sellado al olvido, las relaciones entre los Qiao y Hao se rompieron por ello y la alianza militar a favor del Emperador comenzó a debilitarse, ahora debían enmendar aquel problema causado por Shang Ren Jie.
Fortalecer a los Qiao y contentar a los Hao, el Emperador propondría a una hija menor de los Hao, pero ella sabía cómo se movían aquellas familias orgullosas, la Señora Hao lanzada al olvido desde que llego era la moneda de cambio más factible, ella era la aliada más transparente que encontrarían.
ESTÁS LEYENDO
Honorable Consorte Zhao
RomantikTras 15 años como Emperador, Shang Ren Jie descubre que en el harem no es la emperatriz quien lleva el poder, la mayor influencia en su harem lo lleva su primera esposa, la consorte Zhao, a la que no ve desde su boda cuando ambos eran unos niños. ...