La opinión del pueblo puede ser perfectamente manipulada solo es dejar una palabra aquí y otra allá.
La gente puede ser fácilmente influenciada, para bien o para mal.
También una historia puede comenzar de una forma y continuar trasmitiéndose completamente diferente a la inicial.
Y así fue.
El pueblo tiene curiosidad por todo y no hay nada más exótico que el lugar con más secretos.
Los asuntos de palacio se hablaban mucho, la historia de la Princesa de Xi'an se hablaba mucho, la realidad se vio opacada por una serie de historias donde la dama se volvía cada vez más noble y trágica.
La historia de Hua Yueying fue cambiado a medida que la gente fue conociendo quien era ella, se le agregaron cosas y se omitieron las que no eran del agrado o simplemente aburridas.
La contaron como una noble nuera que en lugar de cuidar del esposo más bien servía para aliviar la soledad de la Emperatriz Viuda, quien al verla trabajar día tras día como una simple dama de palacio desde temprana edad y tras la muerte de su padre su corazón se conmovió, aquella era una dama noble, su padre una vez fue alguien respetable, confiriéndola como concubina del emperador pensaba darle un gran fututo.
Pero el Emperador apenas interesado en ella solo la dejo al cuidado de la viuda, su antigua compañera de juegos era más una hermana que esposa.
Ahora, tras mucho deliberar había logrado convencer a la viuda para que la joven Princesa de Xi'an pudiera tener familia propia.
Pero, la Princesa de Xi'an es ahora una mujer demasiado mayor decían algunos, ya tenía una veintena, las damas de esa edad ya tenían un hijo o dos, demasiado vieja para el joven marqués.
Otros se conmovían con aquella engrandecida historia, tan lamentable la noble dama, tan benévolo el Emperador.
La verdad quedo a un lado, a nadie le importaba esa verdad, no era espectacular ni conmovedora.
Por su lado el hermano mayor de la Princesa de Xi'an fue bendecido por la buena suerte, gracias a esa hermana menor suya logro emparentarse con la familia real y ahora con la del primer ministro, escalando posiciones. De no ser nadie del todo reconocido paso a recibir invitaciones y propuestas de casamenteras.
No importa cuán noble sea la persona, en algún punto de su vida se verá influenciado por la avaricia.
Hue Yueying estaba segura que mucho de eso tenía que ver con la Señora Ouyang Fei, desde la última visita de su futura suegra las cosas habían cambiado para su hermano mayor.
- ¿Y eso que tiene de malo?
Zhao Hua Xiang escucho detenidamente todo lo que le había planteado, solo que la consorte permaneció imperturbable hasta que pronunció la frase anterior.
- No tiene nada de malo que tu hermano mayor sea recompensado por tus logros, los matrimonios tienen siempre ese propósito.
- Lo sé, mi matrimonio no es para el romance.
- Me alegro que seas tan realista.
Le advirtieron antes, si realmente quería consolidar su suerte la persona indicada era la Consorte Zhao, escucho sus quejas y la aconsejo.
- No es que no se aproveche de tu buena suerte o de tu arduo trabajo, es saber cómo trazar una línea entre lo que se puede o no. Ese es realidad tu trabajo.
Cuán difícil le seria, nunca fue de las que impuso algo, siempre fue de las que simplemente hizo lo que esperaban de ella.
La Consorte Zhao se lo dejo claro desde el primer momento que la conoció, realmente no esperaba nada de ella, ni para bien, ni para mal.
Sobrevivir.
O simplemente vivir.
Cual quiera de las dos opciones estarían bien.
- ¿Qué desea a cambio?
- ¿Pedí algo? – ella había negado – nunca voy con rodeos, si quisiera algo ya lo habría pedido. Solo vive.
La pequeña concubina, ahora princesa miro los dulces frente a ella, era como un pequeño festín para un niño.
- Alteza, escuche que los médicos la han estado cuidando excesivamente, tenga cuidado, ya se habla de más, si llego a mis oídos es que puede incluso que se sepa más allá de los muros del palacio.
La maquinadora sonrió satisfecha. Observo frente a ella un pequeño plato con fruta confitada, satisfecha, como una pequeña niña acerco a sus labios una pequeña y comió satisfecha.
- Por ahora no hay buenas nuevas. – se quedó mirando la fruta en su mano – pero soy consciente de que se les ha ido de las manos lo de vigilarme.
- Recientemente fue envenenada, eso no sería dañino para el cuerpo si queda precisamente ahora embarazada.
- Eso es exactamente lo que dije yo, pero los médicos no me dejan hablar del tema, temen la ira del Emperador.
La sombra de la tristeza se dibujó en el cincelado rostro de la mujer, por un instante, solo un instante había bajado la guardia.
El hombre no estaba dispuesto a escuchar a la escandalosa mujer, le molestaba ese tipo de mujeres, ilusos los que creyeron que le gustaría ese tipo de mujer.
Se divirtió solo por un momento escuchar al mensajero de la Consorte Zhan, rio para sí, trataban de comprarle.
¿Cuántas personas habían intentado comprarle a lo largo de los años?
Desde que era un niño.
Siempre.
La gente solo veía en él un medio para un fin, quieran utilizarle para ganar influencia o simplemente su patrimonio.
Fingió escuchar al mensajero, seguía hablando de las cualidades de la pequeña escandalosa a su lado, describiéndola como un magnifico ejemplar.
¿Magnifico? No era más que una espía.
¿Cuánto más tendría que soportar eso?
Bajo el royo de tabillas de bambú y aparto la mirada antes de terminar de despedirlos con la poca paciencia que le quedaba.
- No siga más. No entiendo el propósito de su visita, los Zhan y los Qiao hemos vivido como rivales por tantos años, no creo que sea el momento de romper ese siclo.
- Pero...
- No busco concubinas. Muchas mujeres en el hogar hace que la familia se vuelva numerosa pero también hace que la paz de la que gozo se vea afectada. Retírense.
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Honorable Consorte Zhao
RomanceTras 15 años como Emperador, Shang Ren Jie descubre que en el harem no es la emperatriz quien lleva el poder, la mayor influencia en su harem lo lleva su primera esposa, la consorte Zhao, a la que no ve desde su boda cuando ambos eran unos niños. ...