Capítulo 33: A los que me traicionan, ¡Matar!

168 25 5
                                    


¿Quién dejo salir tal noticia fuera de las paredes del palacio?

Zhao Hua Xiang tenía algunos candidatos, pero había una en específico que nunca le daba mucha confianza. El emperador por otro lado esperaba explicaciones que no llegaban, no deseosa de justificarse él simplemente dijo.

- Sé que eres inocente y con eso basta.

- ¿Su Majestad no quiere indagar o simplemente tiene miedo de saber la verdad?

- Se la verdad.

La mujer medio sonrió pero no estaba dispuesta a complacerlo, no ahora, no estaba en su personalidad ser sumisa.

- Sabe, lo sé. Si no fuera el caso mi cabeza hubiera rodado mucho antes de preguntarme. – una ligera pausa mientras lo miraba a los ojos - ¿Por qué espera cuando tiene las pruebas?

- No es el momento justo.

- ¿Tengo que tolerar?

- ¡Tienes!

Tolerancia, era una virtud de las que carecía.

- Esta consorte no es muy tolerante.

- Se hipócrita entonces, se te da bien, luego cocina a fuego lento cada uno de tus movimientos para cuando llegue ese momento te dejare mirar a mi lado como los aplasto.

- ¿Mirar? ¿Tan poco me conoce Su Majestad? Me ve como alguien que solo miraría la caída de sus enemigos.

Le gustaba ver esa mirada en ella, fría y despiadada, esta era la mujer que los dioses moldearon solo para él.

Deslizo sus manos por su cuerpo delicado y la abrazo para sí, esta despiadada mujer era suya, suya para conquistar, suya para domesticar. Tan frágil que tiene miedo de que hasta la briza cálida del verano le afecte, pero ese cuerpo enfermizo era compensado por una ágil mente, comparable era con Zhuge Liang, vivía una vida como si de una campaña militar se tratara, como si siempre su vida pendiera de un hilo y tuviera que aplastar primero antes de ser agraviada.

- Quiero desgarrar su cuello con mis propias manos.

- Querida ¿Hablamos de la misma persona?

Ella levantó la mirada.

- Esta vez no. Ella no es tan inteligente, es solo un peón fácil de utilizar. – sonrió complacida – cuando llegue el momento me da lo mismo si le dan a escoger o la matas con tus propias manos, pero esa persona detrás de ella, ese es mío para su final.

- Mujer egoísta, quieres lo mejor.

- Dieciséis años, ya son dieciséis años soportando este dolor, me lo merezco.

Hablaba de sus piernas, de la muerte de los suyos, de la muerte de Shang Ren Yun.

El hombre que la sostenía en sus brazos la ayudo a llegar a la cama, se notaba exhausta, después de esos dieciséis años una niña sana y enérgica termino con este débil y enfermizo cuerpo.

- Dejo en tus manos la decisión de qué hacer con la doncella que filtro la noticia fuera de tu palacio.

¿Qué hacer?

Una buena pregunta, desde el primer momento que lo hizo debió ser consciente de las consecuencias.

Solía ser alguien magnánimo con los suyos, pagaba la lealtad con creces, alguien se atrevió a desafiar esa lealtad, por supuesto que debía ser una lección para aquellos que podrían tener dudas de a quien le debían.

Un castigo simple y doloroso, no había paz para los que la traicionaban.

- Matar. Todo aquel que me traiciona tiene un solo final, la muerte. 





Era primera hora cuando el Emperador se marchó de su lado para asistir a la corte, prometiéndole un regalo único en su clase. Desde ese momento no pudo dormir nuevamente, había demasiado calor o por lo menos era lo que sentía.

- Tiene fiebre Alteza – diagnosticaron y la decocción fue traída – el calor interior corresponde a sus días del mes, tome el mismo medicamento de todos los meses.

- ¿Pero la fiebre?

- No se preocupe por ella, no le afectara en lo más mínimo, Su Alteza ha experimentado mucho estrés actualmente, su cuerpo está agotado, trate de eliminar los pensamientos distractores

Se decía tan fácil y tan difícil de realizar.

- Supongo que el Emperador estará decepcionado al enterarse.

Más bien la Emperatriz, ella se esforzaba tanto enviando medicamentos, suplementos, alimentos y cualquier cosa que ella se enterara que podría funcionar para que concibiera un heredero.

- Informa a la Emperatriz que este mes tampoco.

La doncella asintió y en silencio se marchó, podía ver que su señora también se encontraba un poco decepcionada también.

Con un largo suspiro volteo la cabeza para conciliar el sueño, debitaría descansar.

Juveniles pasos se escucharon por el jardín mezclada por risas femeninas que se acercaban continuamente. Cuatro adolescentes entraron sin presentación y carentes de modales fueron hacia ella que las miro impactada.

Un fuerte "hermana mayor" se escuchó como un coro de angelicales voces deseosas de ver en su rostro la misma sonrisa.

Sus niñas, habían entrado a palacio.

- ¿Como?

- Su Alteza, el Emperador envió una invitación a la mansión Zhao para recogerlas y le hagan compañía de la Princesa de Xi'an, ya tienen edad para aprender etiqueta en el Palacio.

¿Aprender etiqueta en el palacio?

Inmediatamente miro a Zhen Qi, la muchacha la miraba con un poco de miedo.

- Madre, ¿es seguro?

- No lo sé, no tenía idea.

- Hermana mayor no se preocupe, las cuatro utilizamos sombreros con velo para salir de la Mansión y no nos lo retiramos hasta entrar a su patio interior – quien hablo fue Zhu Yan, la mayor de las cuatro – si tenemos que visitar a la Princesa de Xi'an será mejor que Qi Qi se quede aquí.

- Zhu'er cada vez más madura, Yun'er tiene mucho trabajo por delante.

- ¿Hermana que estás haciendo? – Fue Yun Yan quien no pudo quedarse callada.

- Si Hermana Mayor, no nos compares, aunque seamos diferentes pensamos lo mismo, no hay forma de separarnos.

Zhao Hua Xiang sonrió, realmente las adoraba, las gemelas eran confidentes y fieles la una con la otra.

- Visiten entonces a la Princesa de Xi'an, actualmente ella está preparando su ajuar, ustedes dos hagan lo mismo, Ji Ji y Qi Qi se quedaran conmigo.

Quedaron en eso.

- Estoy un poco preocupada de que deseen comenzar a bordar el ajuar. – las miro bien - Entonces ustedes van a establecer una segunda y tercera casa dentro del Clan – ellas asintieron – Van a adoptar al esposo y traerlo a nuestra familia y que los hijos tenga nuestro apellido.

- Ves, sabía que la hermana mayor nos entendería.

- Si, el hermano mayor es perezoso, no escoge novia...

- No creo que sea perezoso, creo que quiere un romance.

¿Romance?

Las gemelas se disgustaron, en su rostro se mostraba perfectamente sus emociones. El único varón de la familia en realidad era el romántico, hijas prácticas y un hijo con ilusiones, sí que era rara su familia. 

Honorable Consorte ZhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora