Ser la Emperatriz era tedioso, admirable, maravilloso, imponente, pero no dejaba de ser tedioso. Siempre en el mismo lugar, siempre de la misma forma, siempre siendo la misma. Chen Zhi Xin no nació para ocupar este lugar, solo aprendió, los golpes la habían hecho levantarse y ser como un tigre.
Había velado por todos y para todos, pero todos ellos siempre le habían molestado más de lo que la habían ayudado.
Justo ahora en ese momento volvían los dramas familiares, no entendía como toda una familia podía ser tan tonta y no saber valerse por sí mismos, su padre era alguien inteligente, erudito de renombre. Chen Min Xi no entendía como los tres hijos de la familia Chen podían ser tan incompetentes.
Observo desde su asiento a su tonto hermano mayor que se arrodillaba ante ella pidiendo nuevamente ayuda.
¿Se habría vuelto insensible con los años? ¿O simplemente ya se había cansado de ser un juguete para su familia?
- No puedo hacer nada por el tercer hermano.
Estupefacto se levantó y encaro a la mujer de rojo sentada en un trono de oro y seda.
- Su Majestad ¿Ha olvidado usted a su apellido de nacimiento?
- Dada mi posición es claro que no lo olvido, pero no puedo hacer nada por ese tonto. – se incorporó y lo observo desde una posición aún más elevada – salve su vida en el pasado, ahora vuelve a cometer un error tan ambiguo, pero esta vez la corte no puede hacer nada, es procesado bajo leyes militares que fueron escritos desde el inicio de la dinastía. Mis manos están atadas.
- Es su hermano de sangre...
- Incluso si fuera mi hijo, ¿Cuánto tiempo piensan los Chen que pueden vivir de mi nombre? – le lanzó a los pies el memorial enviado que relataba todo el caso.
Avergonzado su hermano mayor no fue capaz de mirarle a la cara, realmente habían utilizado el simple hecho de ser la familia de la Emperatriz para su propia satisfacción, incluso se había salvado de la justicia gracias a ello, pero en el camino su padre había sufrido, depuesto de su cargo de Ministro.
- ¿Acaso quieren que me convierta en una emperatriz depuesta? ¿Envíenme ustedes mismos la seda o el veneno?
Chen Zhi Xin estaba enojada, cuando recibió el memorial entregado a ella por el mismo Emperador relatando el caso sobre su tercer hermano no sabía cómo aplacar a Su Majestad, simplemente asintió ante cada una de las palabras que él le había dicho sobre su pérfida familia, no le quedó más remedio que tragarse sus palabras.
- Agradeced que aún el Emperador no desea deshacerme de mi, el permitió que el tercer hermano mantenga su cabeza sobre los hombros, pero pagara según la ley militar y es su última palabra.
La vergüenza que le provocaban eran motivo de grandes problemas entre ella y el emperador, gracias a las intervenciones de la Consorte Zhao y la ayuda del Primer Ministro, gracias a ellos la corte no había intervenido.
Tener tales hermanos era quizás una de las tribulaciones que el cielo había dictado para ella. Tenía que ser, no había otra explicación.
- ¿Ahora háblame de ese supuesto gran negocio que planeas hacer para sacarlos de las deudas?
Estupefacto se quedó mirando. ¿Cómo se había enterado ella?
***
Llego sin ser anunciado, detuvo a todos con un solo movimiento de su mano y los despidió mientras el solo permanecía allí. No era su intención espías tras la puerta de su Emperatriz. El solo había llegado en el momento justo.
Su plan había sido consolarla tras haber discutido con ella en la mañana, la vio soportar la humillación de los hechos descritos y eso lo había admirado.
Ahora tras la puerta Sheng Ren Jie escucho cada uno de los reclamos desde otro punto de vista, ella era también una víctima de este matrimonio sin descendencia, frio y traicionero.
No le gustaba gritarle a ninguna mujer, mucho menos a su esposa, la Emperatriz era del tipo de mujer que soportaba todo mientras apretaba los puños para luego castigar a aquel que la había puesto en esa posición, realmente era tenaz su Emperatriz.
Mientrasreconsideraba todo lo que había escuchado continuo impasible, se alejólentamente y susurro para sí "El jade necesita ser tallado para ser una gema"
ESTÁS LEYENDO
Honorable Consorte Zhao
Roman d'amourTras 15 años como Emperador, Shang Ren Jie descubre que en el harem no es la emperatriz quien lleva el poder, la mayor influencia en su harem lo lleva su primera esposa, la consorte Zhao, a la que no ve desde su boda cuando ambos eran unos niños. ...