- Háblame, ¿porque todo ese espectáculo para que Su Majestad entrara al Salón Tian? – Noble Consorte Zhao tomaba el medicamento con mala cara – No finjas que no me escuchaste, los caquis vinieron de tu palacio, ya lo sé todo, no hay nada que se escape de mis ojos. – la dulzura de la voz que supuestamente caracterizaba a la consorte había sido sustituido, sonaba fuerte, imponente.
- La hermana mayor debe estar jugando, como podría intentar envenenar a mi amada hermana mayor – la emperatriz sonreía desafiante ante la dura mirada de la Consorte, la que supuestamente tenía menos estatus que ella.
Si, las mujeres eran de temer, la Emperatriz de Clan Sheng era una de ellas, inteligente tras la fachada de inocencia infantil, su mayor aliada era un hueso duro de roer, una Consorte Honorable adoptada y casada en Clan Imperial, descendiente de generales, su padre había sido el Gran General Zhou, había comandado 1/3 de la fuerza militar del imperio para morir por la peste, que dura era la vida, ni siquiera pudo ser en el campo de batalla con espada en mano.
La primera vez que la Emperatriz vio a la Noble Consorte ninguna de las dos ostentaba el titulo presente. Ambas eran únicas esposas del recién coronado emperador. Para la joven dama del clan Sheng conocer a la princesa heredera fue una gran impresión, había escuchado historias y maquinaciones, imaginando así que hablaban de alguien en las puertas de la muerte.
Ahí frente a ella se encontraba una joven de su edad, no se veía para nada enfermiza, sentada con el porte de una reina la miraba estudiándola, dos damas se acercaron mostrando el contenido de los cofres.
- Pequeña Hermana, acérquese. - ella obedeció, la hermana mayor tenía una voz dulce, melódica como deberían ser las hadas. - la hermana menor debe preguntarse que desea mi persona para que la llame aquí a mi palacio. El emperador no sabe que me encuentro aquí, la emperatriz viuda, es mi respuesta. Usted será la Emperatriz.
- pero... Hermana mayor, usted... Es la esposa principal, la princesa heredera, es la esposa de Su Majestad desde hace ya más de seis años.
Zhao Hua Xiang asintió, sus manos se posaron sobre sus piernas, un ligero temblor intento hacerla desfallecer, pero ella era la primera esposa, no debía existir debilidad en su carácter.
- la hermana menor debe saber, el Emperador nunca ha consumado nuestro matrimonio, soy esposa solo de nombre, no puedo aportar nada, aun mas cuando no puedo caminar sola. - se miraron a los ojos. - usted será la Emperatriz.
Diciendo esto mostro el contenido de uno de los cofres, la corona del fenix destinada a ella desde que era una niña, la tomo y con una triste sonrisa se la entregó a una conmocionada Chen Zhi Xin.
- ¿Que deseas demostrar?
- Nada, solo... - que decir para salir airosa del embrollo - no puedes vivir toda tu vida oculta de los ojos del emperador. Algún día se enteraría de que la hermana mayor reside en la corte interna.
- ¿Y tenía que saberlo antes de que Cairen Zhan diera a luz un posible heredero? - la miro con ojos inocentes.
No la recriminaba, la entendía, Cairen Zhan ya hablaba de esperar al próximo heredero y ambicionaba la posición de Emperatriz. Según Cairen Zhan ella se encargaría de la corte interna una vez que su hijo fuera el heredero.
- Esa mujer no me gusta. Nunca me gusto. El Emperador tiene muchas bellezas en el palacio pero esa zorra... - se sentó junto a la cama - Hermana Mayor quiero que usted sea la nueva favorita, que usted sea la madre del heredero.
Un nuevo suspiro se desprendió de los labios de la joven dama, nuevamente la Emperatriz maquinaba nuevas tretas de casamentera.
- Llevo casada más de 16 años con el Emperador y sigo virgen, deja de maquinar planes descabellados, el palacio tiene innumerables bellezas, espera si tienen cifras exactas. – Tomo un rollo de pergamino a su derecha – exactamente tiene 120 concubinas, 600 damas de pedida y 10 000 doncellas en el palacio dispuestas a complacerle, aunque creo que de las concubinas solo conoce a diez pues son las que más gastos tienen.
La emperatriz dejo de lado los pucheros.
- Demasiadas concubinas. – acuso.
- Pocas en realidad, el antiguo Emperador tenía más del doble al fallecer. Así es la vida en palacio, demasiadas mujeres para conspirar y demasiados eunucos para enriquecerse.
- Hermana mayor es inteligente, aún recuerdo cuando le conté de mi plan e dividirnos el poder.
- No digas eso, la inteligente eres tú, solo seguí tus indicaciones y así evitamos muchos conflictos para nosotras y el emperador. En aquella época conspiraban para matarme, era un estorbo para muchos.
Tomo las escrituras junto a su asiento y comenzó a leerlas mientras la Emperatriz vertía el té. Un eunuco se acercó presentándole los informes de los gastos de la corte interna y deslizo en su mano un informe personal, mirándolo con pereza ella sabía de qué se trataba, con los años había colocado espías en todas las residencias de las concubinas y cortesanas, no importaba si eran favoritas o no, todas estaban bajo su mirada a cada momento.
- Cairen Jin sigue comportándose raro cada vez que sale de visitar a la Consorte Zhan.
- ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comenzó esto? – dijo mientras señalaba el informe.
- Unas tres semanas mi Señora.
- Inviten a Cairen Jin a tomar el té. – Llamo con la mano a una de sus damas – el palacio ya debe ser consciente de que el Emperador ha entrado en esta residencia esta tarde, arréglame para que me vean deslumbrante y frágil.
La Emperatriz miro a la Noble Consorte sin comprender, esta extendió el informe y comenzó a leer.
- Ese es un informe de uno de mis médicos aquí en palacio, al parecer lleva varias semanas encontrando extraño el comportamiento de uno de los médicos más jóvenes, visita mucho a Cairen Jin por supuesta enfermedad, el problema son las hierbas recetadas, muchas de ellas son utilizadas para tonificar el riñón, insuficiencia de Yang en el Riñón para ser más exactos. – La Emperatriz no entendía del todo – Es un tratamiento de infertilidad. Pero el problema no es ese, nuestra Cairen Jin siempre visita tras recibir el tratamiento a la Consorte Zhan.
- Tratas de decir- Hua Xiang asintió – Sabia que esa zorra ocultaba algo.
***
Cairen Jin era menuda y bonita, si se buscara que era lo más hermoso en ella todos dirían que eran sus ojos, expresivos como los de una niña, no podía esconder sus emociones, a Zhao Hua Xiang siempre le recordó una pequeña ardilla, siempre con temor.
Incorporándose de la reverencia se acercó a la Noble Consorte que comenzaba a preparar el té.
- Mis Respetos a la Noble Consorte Zhao.
- No te mantengas tanto tiempo ahí incomoda, únete a mí. Debería ser yo quien te visite, pero en estos días mis piernas no responden bien. – sonrió cordialmente – Escuche que estas algo enferma y no puedo pasarlo por alto, hable con mis médicos y van a enviar las mejores hiervas para tu recuperación.
- Gracias Noble Consorte – para muchos ese era un honor, Zhao Hua Xiang tenía de su lado a los mejores en el campo de la medicina.
Cairen Jin no comprendía, hacía seis meses que había ingresado en palacio, el Emperador la había frecuentado pocas veces pero solo una vez había visto a la verdadera dueña del palacio interno. Esa única vez la había deslumbrado, la llamo hada para sí misma, pero luego acertó cuando la Consorte Zhan y ella se aliaron, la Noble Consorte Zhao era alguien de temer, está llamada a visitarla tenía mucho más de lo que se decía.
- Ahora, hablemos.
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Honorable Consorte Zhao
RomanceTras 15 años como Emperador, Shang Ren Jie descubre que en el harem no es la emperatriz quien lleva el poder, la mayor influencia en su harem lo lleva su primera esposa, la consorte Zhao, a la que no ve desde su boda cuando ambos eran unos niños. ...