m e r m e l a d a

11.2K 1.1K 152
                                    

Severus sabía que algo andaba mal desde que se despertó sin su esposo a un lado, conjuró un tempus y al darse cuenta de que eran pasadas las diez, sus alertas terminaron de activarse, así que se decidió por levantarse.

Apenas se levantó se envolvió en la bata de su esposo y se decidió por ir descalzo a la búsqueda de su familia. Estaba por llegar al comedor, cuando por fin escucho la risa de su pequeño hijo, suspirando lleno de alivio se apresuró a llegar hasta ellos.

Oh, Severus deseó haberse quedado en su cama.

Sobre la gran mesa del comedor estaba su pequeño niño completamente cubierto de mermelada de cereza, ¿Qué cómo lo sabía? Por qué es la única mermelada que le gusta a su pequeño Dragón, suspiro viendo el desastre.

El pijama de conejitos de Draco estaba completamente cubierta de ese viscoso dulce y su cabello tenía pequeñas manchas rojas, su hijo tenía dos frascos de mermeladas sobre la mesa y a punto de terminar. Camino despacio hasta estar frente a su hijo.

—Draco.

El pequeño rubio levantó su cabeza al escuchar a su papá.

— ¡Papi!— Limpiando su manita en su playera sin resultado alguna, la estiró hacia su papá. —Buenos días papá Sev.

Tomando solo el meñique de su hijo, Severus le devolvió el saludo. —Dragón, ¿Dónde está tu papá?

Retomando su labor de comer mermelada, Dray hizo un movimiento de cabeza hacia la cocina. Entendiendo, Severus le sonrió a su hijo.

—Gracias pequeño, no te caigas.

—Sipi.

Y recibiendo la afirmación de su hijo, Severus tomó camino hacia la cocina, necesitaba una muy buena explicación. Entró a la cocina y se topó de lleno con la espalda desnuda de su esposo. Sonrió suavemente antes de hablarle.

—Lucius.

Vio el momento exacto donde su esposo se congeló y volteo hacia él, lentamente.

—Cariño, buenos días ¿Cómo dormiste?

Severus se acercó a su esposo y le dio un pequeño beso. —Buenos días. Justo ahora tengo una mejor pregunta, cielo.

Lucius sonrió exageradamente. — ¿Cómo amanecí?

Severus le dio un ligero golpe en el abdomen. —Claro, ¿En qué momento de la mañana se te ocurrió dejar a Draco comer mermelada como si de agua se tratase?

—Pues, verás-

— ¡Papi!

Aprovechando el llamado de su hijo para escapar, Lucius le dio un rápido beso. —Draco me llama, ya vuelvo.

Y sin darle tiempo a reaccionar Lucius salió rápido de la cocina, rodando los ojos Severus le echó un vistazo a lo que su esposo hacía, antes de que él llegara y sonrió en grande cuando noto los pequeños panques en forma de flores. Dando un suspiro, salió de la cocina.

Y por segunda vez en la mañana, no estaba listo para lo que vio. Un montón de mermelada en el rostro de su esposo y el pequeño Draco sonriendo.

Sin importarle un poco cómo es que su esposo tiene el rostro manchado, se rió, siendo seguido por la risita infantil de Draco.

—No es gracioso.

Draco alzó los brazos, aun riendo. — ¿Viste lo que puedo hacer papi Sev? ¿Lo viste? ¡¿Lo viste?!

Y Severus ya empezaba a comprender como paso, — ¿Lo hiciste tu solo cariño? —Draco asintió fervientemente. Acercándose más a la mesa, Severus le sonrió. — ¿Puedes mostrármelo?

Volviendo a asentir Draco movió su dedito dentro del bote prácticamente vacío de mermelada y diciendo un suave "volé" la mermelada cayó de nuevo en el rostro de Lucius, quien ya estaba limpio.

Sonriendo emocionado, Draco miró a su papá Sev — ¿Estuvo bien papi?

Severus sonrió, tratando de no reírse de la cara de su esposo. —Estuve perfecto.

Cariño, me lleno la cara de mermelada.

Severus le lanzó un freigoteu a su pequeño, causándole cosquillas, pero dejándolo limpio y seco. Se acercó a cargarlo y una vez con Draco en brazos miró a su esposo.

Severus se encogió de hombros. — ¿Y quién le dio la mermelada?

Y lanzándole un beso a Lucius, camino con Draco hacia la habitación, mientras seguía felicitando a Draco, no solo por poder controlar un poco de sus destellos mágicos, se merecía ser mimado por darle una pequeña lección a Lucius. 

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora