c e p i l l o

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Lucius miraba al castaño frente a él con asombro. ¿De verdad estaba diciendo eso?

—¿Cómo?

Remus se notó ansioso. —¿Podemos ir a otro lugar a charlar?

Lucius sopesó sus opciones, podía decirle que no, que no podía porque su hora de comida la pasaría con James, pero ¿Donde estaba el jodido James cuando se necesitaba? igual podría decirle que otro día pero probablemente Remus iría seguido al ministerio y Lucius no quería eso. Suspirando miró a Remus y asintió lentamente. 

—Creo que podemos tomar algo en la cafetería ¿Está bien?. 

—Eso me gustaría, si.

Remus salió primero de la oficina y Lucius se tomó su tiempo para acomodar los pergaminos en su escritorio, pasó su mano por la foto de  Severus y él en su boda y sonrió. Esperaba que no fuera incómodo. 

Caminaron a la par por el pasillo hasta el elevador en silencio, recibían miradas extrañadas de los que por ahí pasaban pero nada en particular, hasta que a Lucius se le figuró ver la cabeza de Barty Jr tratando de ver dentro del elevador antes de que este se cerrara, no podía ser. 

Bajaron cuatro pisos hasta la cafetería  y se sentaron en una mesa pegada a la ventana, la cafetería estaba prácticamente vacía y aunque Lucius no estaba haciendo nada malo eso lo tranquilizó de alguna manera, en realidad no iba a la cafetería más allá de lo extremadamente necesario, siempre salía a comer fuera ya sea con James o Rodolphus, algunas ocasiones Severus iba por él al ministerio y pedían comida para la oficina, así que no se amedrento por las muecas de sorpresa de los trabajadores de allí. 

La señora Weasley, cocinera de la cafetería lo miró sonriente. 

—¿Va  a comer hoy aquí, señor Malfoy?

Lucius negó amablemente. —No, solo un café por favor. 

—Bien, ¿El señor Potter vendrá también? Podría preparar su café de una vez ¿O el señor Severus?

Lucius miró por el rabillo de su ojo como Remus se removía incómodo, casi sintió pena. 

—No, Molly, no vendrán. 

La pelirroja asintió lentamente y sólo entonces miró a Remus. —¿Usted va a querer algo de comer o tomar, señor?

—Un té negro, por favor. 

La señora Weasley asintió. —Bien, enseguida se los traigo. 

Lucius miró a Remus, ¿Por qué no hablaba sí había llegado de improvisto a su oficina pidiéndole ir a otro lugar a charlar? Se sentó correctamente y entonces él habló, desinteresadamente. 

—¿Y bien? ¿Cómo has estado?

Remus suspiró. —Bien,  lo normal creo, por lo menos sigo vivo. —soltó una risa floja. —¿Y tú cómo has estado?

Lucius casi queria reir de lo extremadamente raro que era todo. —Bien, ya sabes la postulación para ministro es un proceso agresivo. 

—Me lo imagino. 

Se quedaron en silencio mientras Molly les hizo llegar sus tazas a cada uno, Remus murmuró un suave gracias y Lucius le regaló a la pelirroja una pequeña sonrisa, pasaron un par de minutos en silencio que a Lucius se le figuraron muy largos. 

—Así que ¿Te casaste?

Lucius sonrió. —Sí, sí lo hice. 

Remus asintió lentamente. —¿Con Severus?

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora