[40K] Primeros pasos

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—Es gracioso ver a tu hijo arrastrarse, hasta parece un huron. 

Severus miró mal al castaño. —Barty...

—Yo solo decía,— Barty se encogió de hombros. —Es una cosita bastante adorable, claro que sí.

El pequeño bebé rió como si supiera de qué están hablando y siguió gateando sobre la alfombra. Severus sonrió al ver a su hijo, Draco está a  punto de cumplir un año y es una pequeña bola de energía, más inquieto que nunca. 

—¿A qué hor-

El sonido de la chimenea interrumpió a Barty, de las llamas verdes salió James y apenas un par de segundos después Lucius, él pequeño en el suelo empezó a reír sin control. 

—¿Cómo está mi bebé precioso? —Lucius se agachó viendo a su hijo. —¿Qué está haciendo el bebé de papá? 

—Api.

—¡Venga mi principito hermo- ¿Qué te pasa animal?

Barty rió cuando James empujó a Lucius, Severus frente a él negó con la cabeza y le dió un sorbo a su té. 

—¡Venga mi hijo! ¡Mi hijo rubiecito!

Lucius frunció el ceño, le dió un ligero empujón al moreno y se apresuró a cargar a su hijo. —Tan bobo, sí es mi hijo no suyo. 

James sonrió. —Nuestro hijo, ¿Verdad Severus?

—Mira venado de mal augurio, eso sí que no. 

Lucius sonrió triunfante y aún con su bebé en brazos, fue a sentarse a lado de su esposo. A pesar de que ambos acordaron tomarse dos años sabáticos para cuidar a Draco, había ocasiones como esa en las que cualquiera de los dos tenía que salir de improviso, era por lapsos pequeños, pero  eso no impedía que se extrañaran.

—Amorcito, chiquito, mi rey.

Severus alzó una ceja. —No me digas que me fuiste infiel con la mala copia de Bambi.

—Sí.

—¡No!—Lucius arrulló a Draco, cuando el pequeño trató de huir de sus brazos. —James, te sacaré a patadas de mi casa.

El moreno alzó ambas manos. —Ya fue, ya fue.

Severus rió y se recargó en el costado de su esposo. —Lucius.

—¿Sí,  mi amor?

Severus beso a su esposo ignorando las arcadas fingidas de los dos brutos que allanaron su casa. 

—¿Cómo te fue, cariño?

—Bien. —El pequeño rubiecito le jaló el cuello de la camisa. —Draco me ahorca, auxilio.

—A, a, a, apii

—Baja a Dragón, estaba muy feliz gateando. —Severus tomó la manita de su hijo. —¿Verdad que quieres jugar, bebito?

Barty apoyo a su amigo. —Sí Lucius, molestas al niño. —James asintió de acuerdo. 

Lucius aún refunfuñando bajó a su hijo, sonrió cuando el pequeño rubio comenzó a gatear alrededor de los cuatro adultos ahí. Parecía una pelusa andando, era bastante ágil y escurridizo, a Lucius le recordaba a un conejo . 

—Aww, que cosa tan horrorosa. —Tres pares de ojos voltearon hacia Barty, miradas que prometían un golpe o un hechizo, así que sonrió nerviosamente. —Bromita.

Draco siguió gateando hasta regresar a la pequeña mesa en el centro de la sala, se aferró a una pata de la mesa y balbuceaba demasiado. Barty abrió la boca para gritar cuando su sobrino se mantuvo de pie, Severus lo miró acusadoramente. 

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora