a r e n a

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Nadie podía conseguir que Draco se pusiera sus zapatos. 

Decidieron hacer un viaje familiar por su décimo aniversario y el quinto cumpleaños de Draco, tomaron un traslador directo a Los Ángeles, Draco llegó completamente mareado por ser su primer viaje tan largo, se tomaron un momento para descansar y darle una poción al pequeño rubio.

Lucius se encargó del papeleo y luego los tres se dirigieron a la casa que rentaron, pasaron los restante de ese día descansando y charlando, por la tarde recibieron una llamada vía flu de Pandora, felicitandolos, deseandoles buenas cosas para sus futuros años de matrimonio e invitándolos a cenar en cuanto regresaran, alegando que Luna extrañaba mucho a su primo, Lucius no recuerda con exactitud pero  en algún momento de la llamada Pandora le dijo a Draco que probara caminar en la arena sin zapatos, que sintiera los granos en sus pies y disfrutara la sensación. 

Como deberían haber supuesto, Draco escucho a su tía favorita y desde entonces se niega a usar zapatos. Lucius ama con su ser a Pandora, es la única prima que tiene cerca, con la que creció, pero en momentos como este donde Draco llevaba tres días sin usar zapatos o calcetines, le daban ganas de desaparecerla. 

—¿De verdad no quieres usar las sandalias Draco?

Draco negó y siguió tomando juguito. 

Severus se acomodo en el camastro y suspiro, él ya se estaba resignando a vivir el resto de su vida con un Draco descalzo. 

Lucius colocó un hechizo refrescante a su alrededor y prestó atención a su pequeño niño, este estaba sentado a los pies de Severus, sonriendo como si no les provocara dolores de cabeza. 

—Dragón ¿Te gusta no usar zapatos?

Draco se levantó y caminó hasta dejarse caer en los brazos de Lucius. —Ajá.

—¿Ajá? ¿Eso es todo?

Recibió un encogimiento de hombros como respuesta rápida. —Se siente bonito. 

Lucius pasó la mano por el cabello de su hijo, le dió un rápido vistazo a su esposo y la respiración tranquila y pausada de este le dió a entender que estaba dormitando. 

—Entonces, ¿Sientes bonito cuando caminas descalzo?

—Sipi, es como muchos circuitos chiquitios, —Draco se corrigió a si mismo. —Circulitos chiquititos, muy chiquititos y suavecitos en mis piecitos. 

Lucius lo sabía, no era un extraterrestre o un maldito amargado que no había caminado descalzo por la playa, le gustaba hacerlo de hecho, amaba caminar descalzo en casa o en el campo, pero no terminaba de comprender la fijación de Draco por ya no querer usar zapatos ni en la casa. 

—Así se siente la arena ¿Y otros lugares?

Otro encogimiento de hombros. —Me gusta, el suelo nos quiere, la arena también. 

—¿El suelo nos quiere?

—Sipi. 

Lucius amaba a su hijo, lo amaba con su vida y por el amor que le tenía y la crianza respetuosa que prometió darle, no le decía que eso era algo estúpido, escucharía por completo lo que su pequeño creía. 

—¿No piensas usar zapatos jamás?

Su hijo lo miró como si le hubiera preguntado de que color era el verde. 

—Papi, los zapatos me gustan. 

Lucius oficialmente no entendía nada. 

—¿Entonces, Dragón?

—Tia Pandy dijo que no usara, porque sería bonito. Y ya sé porque es monito.-erh, bonito. 

Lucius reafirmó el hechizo de sombra y el refrescante antes de sentarse, con Draco en su regazo. 

—Cuéntame pequeño.

—Cuando soy feliz se siente como el pisito ¡O como papi Sev y tu! Cuando papi Sevi y tu me abrazan y dan besitos se siente como la arenita. 

Lucius ya comprendía a lo que iba su hijo, internamente pedía perdón por no comprenderlo y lo amaba un poco más. 

—¿Así se siente? 

Draco asintió fervientemente. —¡Me gusta! También cuando Harry y Lunita y yo jugamos y duermimos juntos tambien es como la arenita. O el tío Regie y tío Bambi y tío  Bart y tío Pet. —Con cada mención Draco movía su cabecita de un lado a otro, tratando de enumerar con los dedos de sus manos, —Tía  Andy y tío Sirius y tío Rod y tía Bella y tía Cissy y tía Marlen y tío X y abu Malfoy y ...—Lucius sabía que eso estaba siendo largo pero no podía estar más orgulloso de su pequeño niño. —... también mi maestro Rabastan y tora-- uh, hmm toda mi familia. 

Lucius apretó más a Draco contra sí. —¿Sabías que eres un niño muy listo y especial?

—Papi Sevi dice que soy una estrellita brillante que bajó del cielo. 

Lucius sonrió. —Pues papi Sevi tiene razón. 

Draco se abrazó más a su papá, -si eso fuera posible-. 

—¿Quieres ir a caminar Dragón?

El rubiecito se alejó un poco. —¿Tengo que llevar zapatos?

La risa de Lucius ocasiono una pequeña en Draco. 

—Podemos ir descalzos los dos ¿Suena bien para ti?

Los ojitos llenos de brillo de su hijo, le hicieron saber que estaba bien. 

—¡Si! ¡Vamos!

Tan rápido como se paró Draco se detuvo, miró hacia el camastro donde Severus descansaba. 

—¿Y papi Sevi?

Lucius acaricio el cabello de su esposo antes de dejar un beso en su frente. 

—Papi Sev estará bien, además no tardaremos ¿De acuerdo, príncipe?

—Si papi. 

Y ambos rubios se fueron alejando de la mano, caminando descalzos entre la arena, charlando y riendo, tratando de no ir tan lejos. 

Lucius estaba seguro recordaría esa charla varios años después, tal vez pisando arena en un nuevo viaje o viendo a su esposo utilizarla para una poción y la voz de su hijo diciendo que el tacto de la arena le recordaba a las personas que ama, sería lo primero en cruzar su mente. 

xxx

No me toquen, ando soft. 

En verdad gracias por sus votos y comentarios, me hacen feliz. 

Además llevamos tres días siendo el puesto uno en el  #Snucius y a pesar de que no hay muchas historias me siento orgulloso ahkahda, gracias <3

Espero que les haya gustado.

Nos leemos mañana.

Ily, Pickly



Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora