e s p u m a

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Espuma. 

Draco quería que su fiesta de cumpleaños fuera de espuma.

Draco y Harry querían que sus cumpleaños se celebrarán en una única fiesta. 

Draco y Harry querían celebrar su cumpleaños en conjunto en una fiesta con  temática de espuma. 

Severus soltó el aire que no sabía que retenía y miró a su hijo y ahijado, alternando su mirada de uno a otro, comenzaba a sospechar que Barty les dió esa idea, llegaría hasta el final de ese lió, pero no ahora. 

—Entonces ¿Quieren esa fiesta de espuma?

—Sip. 

—¿Y quieren que yo convenza a todos?

Ambos niños asintieron, todo ojitos tiernos y pucheros hacia Severus. 

—Yo creo que eso no va a pasar. 

Su hijo fue el primero en rezongar. 

—¡Eso no es justo papá! 

Severus miró el techo de la biblioteca un segundo, ¿Por qué tuvo un hijo? ¿Por qué tuvo un hijo y un ahijado? ¿Por qué tenían que ser de la misma edad? A veces las peores batallas son para los mejores guerreros. 

—Dragón, pueden hacer su fiesta juntos y lo saben. 

Harry insistió. —¿Pero?

—Hacer una fiesta con espuma es algo, —Severus se tomó un momento, ideando como decírselos sin sonar tosco. —controversial... Aún con muchos hechizos de protección, algunos niños son muy desastrosos, alguien puede lastimarse o puede haber un fallo en el espuma que traigamos. 

Draco y Harry se notaron desanimados por ello. 

—¿Entonces no, papi?

Severus suspiró. —No, niños. 

Harry abrazó a Draco, dándole pequeñas palmaditas en la espalda y Severus quiso reír por el recuerdo de un Draco y Harry llegando del preescolar completamente enojados el uno con el otro.

—¿De verdad tío Sev?

—De verdad, no hay probabilidades de que hagamos una fiesta de espuma.

La red flu sonó y Severus rogó porque fuera Lucius, en cambio salió James y segundos después Barty, un poco después Peter, Bellatrix, Rodolphus, Regulus, Sirius, Pandora, las últimas llamas verdes de la chimenea mostraron a Lucius, Severus sonrió viendo a su esposo. 

—¡Tíos!

—¡Papá!

Los gritos de Harry y Draco se mezclaron con los de Barty, James, Sirius y Peter.  Lucius rodó los ojos esquivando a todos, llegó frente a su esposo y dejó un delicado beso en sus labios 

—Buenas tardes, amor. 

Severus sonrió bobamente dándole otro beso a su esposo. —¿Como te fue?

Barty empujó a Lucius lejos del pelinegro, antes de que siquiera pudiera tratar de responderle a su esposo. 

—¡Sevi cariño!

—¿Aventaste a mi esposo Barty?

—Él no se movía. —Barty se encogió de hombros. —Como sea, buenas tardes Sevi —Dejo un beso en la mejilla de Sev y se acercó a abrazar a sus sobrinos. 

Draco y Harry estaban eufóricos hablando con todos a la vez, Pandora y Regulus se sentaron a cada lado de él. —Hola Severus 

—Pandora ¿Como estas querida?

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora