c a m a

6.3K 640 138
                                    

Todos reían en el cuarto del matrimonio Malfoy, Draco saltaba sobre la cama, cada vez tratando de llegar más alto, siendo alentado por Lucius y recibiendo lindos comentarios de Severus, el pequeño rubiecito reía mientras intentaba saltar más alto. 

—¡Más alto!

Draco río y se impulso. —¿Así papi?

Lucius aplaudió. —Sí, justo como un Dragón. 

La chimenea sonó, anunciando la llegada de alguien, Severus dejó un beso en la mejilla de su esposo antes de levantarse a checar quien era. En cuanto su papá salió de la habitación Draco se dejó caer en el colchón respirando agitadamente pero manteniendo su sonrisa. 

Lucius le quitó un mechón de cabello que le tapaba los ojos a su pequeño. —¿Te diviertes saltando, Dragón? 

Cerrando sus ojos y acercándose al toque de su papá, asintió. —Se siente bonito. 

Se quedaron un par de minutos así, Draco regulando su respiración y Lucius no para de sonreír al ver a su pequeño, hasta que un torbellino entró a la habitación. 

—¡Buenos días paliditos!

 Draco se levantó de un salto. —¡Tío Bambi! 

El moreno sonrió y cargo a Draco por un momento, después lo aventó a la cama riendo mientras escuchaba a Draco decir que era un canguro. 

—Teñido cariño ¿Como ha estado tu mañana?

Lucius rodó los ojos. —Ciervo mi vida, esta bien sin ti de hecho. 

James dejó un beso baboso en la mejilla del rubio, riendo por los gestos de este. Draco interrumpió el posible reclamo de su papá hacia su padrino. 

—Mira tío bambi ¡Puedo saltar! 

James rió emocionado y le presto atención a su ahijado. —¡Eso adoptado!

Lucius volvió a rodar los ojos, como quisiera desaparecer al moreno. 

—¿Qué haces aquí y donde esta mi esposo?— Viendo que James lo ignoro, volvió a hablar. — Responde patitas de popote. 

James se sentó en los pies de la cama, sacándose sus botas toscamente. —Peter y Sirius pasaron en la mañana por Harry, alegando que merecía pasar tiempo con sus tíos atractivos y ya sabes,—Hizo un ademán y luego le aventó su calcetín con figuras de ajedrez a Lucius, este lo tiró al suelo. —se llevaron a Harry con ellos y Reg insistió en venir, se quedó hablando con Snivellus algo de un festival en el kinder.

—Reg solo se quería librar de tí. 

—Snivellus no te quiere. 

—Ciervo pulgoso. 

—Rubio teñido. 

Lucius lo ignoró y James le aventó su otro calcetín antes de subirse a la cama con su ahijado.

—Mira Dray, ¿Sabes como tener el mejor salto?

Draco mirando con enormes ojos a su padrino negó. 

—Es fácil, yo te aviento . —James fingió aventar algo. —Y tu saltas antes de llegar a la cama ¿Si?

—¡si!

—James, no. 

Draco miró a su papá con un puchero marcándose en su rostro. —¡Pero papi!

James le aventó una almohada al rubio mayor. —Relájate abuelo, no va a traficar dulces mexicanos. 

Como si entendiera cada palabra, Draco asintió ante lo dicho por su padrino. 

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora