s a l

3.4K 410 13
                                    

Draco amaba a sus padrinos, le gustaba quedarse a dormir en su casa, tener pijamadas con Harry o tenerlos de visita en su casa pero justo ahora Draco llevaba dos semanas en casa de sus padrinos y comenzaba a sentirse triste. 

Se sentó bajo la sombra de un arbusto, él ya era un niño grande, no se asustaba con facilidad y definitivamente nadie se metía con él y Harry en la escuela, incluso habían hecho nuevos amigos, pero no podía dejar de sentirse triste. Sus papás se habían ido de urgencia a Francia hace dos semanas, su abuelo Abraxas estaba enfermo así que pasó a ser responsabilidad de sus padrinos. 

Draco ama a cada uno de los integrantes de la mansión Potter, son su familia pero extraña a sus papás, no han enviado más que una carta avisando que el viaje se alargaría más, Harry trataba de alegrarlo, Regulus los seguía llevando cada mañana a la escuela diciendo que serviría como distracción y James hace todo por charlar con ellos y verlo sonreír, pero Draco sigue extrañando a sus papás. 

Extraña a su papá Lucius saliendo cada mañana temprano a trabajar y regresando cuando Draco esta haciendo sus deberes, el rubio mayor lo molestaria diciendo cosas como "Sigues haciendo tarea por  troll" pero sin borrar la sonrisa amorosa de su rostro y Draco haría un puchero y fingiría irse pero tres pasos después daría la vuelta para abrazar a su papá, o la manera en que su papá Severus trataría de estar activo todo el día, iría a dar sus clases por la mañana y regresaría cuando Draco salga de la escuela, por la noche mientras cenan Draco pediría café y Severus se lo negará alegando que si no se controla sin cafeína como lo hará con ella en su sistema después de ello Lucius le hará burla y desatará risas en la cena. Los extrañaba. 

Trata de no extrañarlos tanto porque en dos años se irá a su escuela mágica y solo verá a sus padres en vacaciones, pero ¿Cómo se extraña menos? Draco no lo sabe. Suspiro recargándose más en el arbusto y vio a su tío James acercarse a él. 

—Hola palidito. 

Draco sonrió. —Hola tío Bambi. 

James se sentó a lado de su ahijado y pasó uno de sus brazos sobre los hombros del rubio, acercándolo a él. 

—¿Como estas?

—Bien ¿Y tu?

—Pero, estas ¿Bien, bien o bien mal, ya matenme por favor?

Draco rió. 

—Bien, bien. 

—¿Sabes?— Comenzó James como quien no quiere la cosa, pero mirando a su ahijado.—Para tener nueve me recuerdas mucho a Lucius cuando tenía veinte. 

Eso llamó por completo la atención de Draco. 

—¿Por qué?

James se encogió de hombros. —Se enfrascaba en si mismo, no quería molestar a nadie con sus sentimientos, a mi me gustaba molestarlo pero creo que eso era un acuerdo amistoso no verbal. 

—Pero todavía se molestan. —Draco rió confundido. 

—Eso es porque seguimos siendo amigos, te lo dije chico es un acuerdo no verbal de mejores amigos. —James fingió pegarle en la cabeza a Draco. —No me interrumpas, grosero. —Aclarándose la garganta, prosiguió. —Pensaba que nadie apoyariamos lo que sintiera y era verdaderamente leal a sus amigos, sé que lo extrañas hijo, no debes fingir que no. 

Draco comenzó a llorar. 

—E- es que los extraño mucho. 

James dejó a su pequeño ahijado llorar, definitivamente no daría consejos de porque vivir sin preocupaciones o porque debería de estar feliz o alguna  mierda así, si el mini Lucius quería llorar él lo dejaría y nadie podría decir jamás que él es un mal padrino. 

—Una vez tu papá estaba enojado con todos, Barty le había hecho una broma a Severus y todo se salió de control, la mitad de la mansión Malfoy estaba llena de pintura exportada de Rumania, esa pintura no se quita con hechizos de jóvenes de dieciocho años. —Draco se acercó más a su padrino, limpiándose las lágrimas de sus mejillas. —Abraxas estaba furioso nos regaño a todos como si fuéramos sus hijos desobedientes, luego Abraxas tuvo que irse de viaje y fue en la temporada donde todos vivíamos en Malfoy Manoir, en la mañana antes de desayunar Lucius se hacia un cafe al modo muggle, pero estaba tan concentrado regañandonos que le echo cinco cucharadas copeteadas de azúcar a su café. 

Draco asintió. —Papá toma mucha azúcar. 

—Sí, y tal vez el error más grande que los adultos cometemos es comprar recipientes similares. —James trató de aguantarse la risa mientras recordaba todo, ese fue un día que jamás olvidaría. —Tu papá había tomado el recipiente de la sal en lugar del azucarero, cuando termino de regañarlos y le tomó a su café, no pudimos evitar reír por su cara. 

—Iugh

—Sí, iugh. —James se rió un poco antes de seguir relatando. —Peter, Bellatrix, Barty y yo nos habíamos dado cuenta de que era sal, pero como no paraba de regañarnos no le dijimos, Lucius terminó escupiendo todo el trago, se trago dos vasos de agua y luego no salió por el resto del día. Cuando Lucius escupió Peter le dijo que le hubiera avisado, pero no se lo merecía. 

Draco reía y James lo acompaño, riendo abiertamente. 

Tratando de normalizar su respiración, Draco abrazó a James. —No quiero tomar café con sal nunca. 

—Yo tampoco, creo que a tu padre se le durmió la lengua con eso. 

Se quedaron ahí un par de minutos más, James sabía que su ahijado ahora estaba más tranquilo, no quiere que olvide la existencia de sus papás ni que se quede llorando todo el día, pero sí puede hacer algo para que el pequeño rubio este feliz, lo hará porque Draco prácticamente es su hijo y lo ama como uno. 

—Gracias padrino. 

Padrino, eran pocas veces las que Draco lo llamaba así, en su mayoría era tío Bambi o tío James, pero tíos Draco tenía muchos, padrinos solo dos, así que sí, James sabía que su ahijado estaría bien, probablemente Lucius y Severus regresarán en dos semanas más, pero hasta entonces James se encargaría de que Draco estuviera bien. 

Él lo prometía. 

xxx

Casi es 14, peeeero no aún. 

James, te amo. 

Nos leemos mañana, -en un rato-. 

Ily, Pickly. 

Criando a un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora