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Todos se refugiaron en uno de los locales que tenía el lugar

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Todos se refugiaron en uno de los locales que tenía el lugar. Murphy estaba siendo curado por Jackson, luego de haber sido atacado por Emori, mientras restringían tanto a ella como a Cora, esposándolas a la pared.

—El sedante debería durar tres horas —habló Jackson.

—¿Cómo advertiremos a la madre nodriza que no somos nosotros? —preguntó Miller.

—No lo hacemos —respondió Skyler—. Las radios no sirven, y nosotros tenemos suficientes problemas. Derek y el resto se las arreglará.

—Por ahora, preocupémonos de nosotros —siguió Bellamy—. Murphy, ¿estás bien?

—Por suerte, las heridas son superficiales.

—¿Tuve suerte? ¿Ese es tu diagnóstico profesional? —preguntó Murphy a Jackson— Qué mal doctor eres.

—Tómalo o déjalo, Murphy. No tenemos un hospital o cosas así —soltó Ezra ahora, molesto con la voz del hombre siendo curado.

Comenzaron a hablar de la aparente situación. Clarke tenía en sus manos un libro que narraba toda la historia como si fuese una especie de ridículo poema de ficción. Eventualmente, todos perderían uso de razón y se atacarían unos a los otros.

—Los veo callados a ustedes —habló Paul, llamando la atención de Zak y Skyler.

—Podemos sentirlo —aclaró Zak.

—¿A qué te refieres con "sentirlo"? —preguntó Jackson, con una leve –por no decir bastante– preocupación.

—Podemos sentir que se esparce —contestó Skyler, con los ojos cerrados y cruzada de brazos—. Creo que es... algo de Comandantes. Los Lobos le advierten a Zak, los Felinos me advierten a mí.

—¿Y son inmunes? —preguntó Bellamy.

—No lo creo —negó Zak—. Sólo nos hará peores.

—Entonces deberíamos separarlos. Ahora —habló Ezra, algo alterado.

—¿Los dejamos juntos para que se maten? —preguntó Embry, confundido.

—No, idiota. Separados.

—No. Juntos —sentenció el Comandante de los Lobos—. Si estamos con alguien más, los mataremos. Si peleamos entre nosotros, nos cansaremos.

—¿Dices que no sabemos pelear? —preguntó Murphy, ofendido.

—Por su puesto —contestaron los dos hermanos.

Así, comenzaron a separarse. Zak y Skyler estarían aparte de todos, y los otros se distribuirían de alguna u otra manera. Estaban en el segundo piso de las instalaciones, en una casa o algo así, no con muchas cosas.

La pelirroja había esposado a su hermano a la pared, ambas manos. No pasó mucho tiempo cuando Bellamy apareció por la puerta, haciendo una revisión general a todos. Zak tenía los ojos cerrados, controlando sus respiraciones, mientras Skyler aguantaba la respiración. Cuando lo sintieron entrar, ambos abrieron los ojos.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora