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Se escondieron en distintos lugares. Zak estaba entre los arbustos, en el suelo, mirando la parte de atrás del árbol donde Jasper colgaba, Skyler con Tobias estaban por el frente, viendo llegar al grupo desde la altura.

Se huele el olor a miedo, sudor y desesperación. Pensó la chica.

Los vio aparecer cuando cruzaron el río, encontrándose con dos chicas y cuatro chicos.

Imitó un silbido para nada común, pero ellos no tenían porqué saberlo. Esa era la señal para que Zak no saliera de su escondite, porque si lo hacía, sólo quedarían tres personas: los hermanos.

—¿Qué fue eso? —preguntó una de las chicas que venía.

—¿Un silbido? —preguntó un chico hacia aquella pelirroja— Y yo pensé que las rubias eran tontas —susurró a su amigo de al lado.

Las dos chicas se giraron con molestia. La pelirroja, la cual había captado la atención de Skyler desde que la vio, intentó acercarse al chico que había dicho eso, pero el muchacho de cabello largo lo impidió.

La cara de Tobias se desfiguró al ver a la muchacha pelirroja. Pensó que este día jamás llegaría, por el simple hecho de que jamás lo creyó, pero ahí estaba, una muchacha exactamente igual a Skyler físicamente. ¿Cómo es que era posible?

—No es un silbido normal, idiota. —le respondió de vuelta.

—Ignóralo, Selina. —le dijo la rubia.

Selina. Se llama Selina. Ahora sé a quién debo matar. Pensó Tobias.

Ya vienen. —murmuró hacia Zak con lenguaje de señas, quien entendió perfectamente, escondiéndose detrás de un tronco con su arco y flecha en mano.

Los vio, viendo el cuerpo del chico Jasper. La rubia comenzó a caminar hacia él, sin darse cuenta de que abajo había una trampa.

Zak, al igual que Tobias, quedó un poco conmocionado al notar a la pelirroja que estaba entre el grupo de jóvenes allanadores. Por suerte, pudo disimular mejor que Tobias, y de esta manera, hacerle saber de inmediato a su hermano menor que se calmara y no hiciera nada más que ignorar el momento incómodo.

¿Estás loco? —le preguntó en señas hacia Zak. Él sólo se encogió de hombros. Bufó, negando con la cabeza, haciéndole saber que era un tonto.

Volvieron a mirar al grupo, donde el chico líder tenía del brazo a la rubia, él dudaba si en subirla o no, cambiando la expresión de Skyler a una totalmente confundida. Era desconfiado. Desconfiado de su propia gente. ¿Por qué no subió a la chica al instante? ¿Por qué el chico molestoso se queda ahí sin hacer nada mientras que los otros gritaban y tenía una mueca que parecía sonrisa? ¿Qué clase de gente eran?

—¿Qué pretende hacer? —preguntó más para sí misma.

Miró a Zak, quien estaba con la misma expresión. El muchacho seguía ahí, congelado. Su hermano lanzó una flecha justo a sus pies para reaccionar, y Skyler lo miró con mucha desaprobación.

¿Qué rayos estás haciendo, Zak? —exclamó desde lejos— ¿Qué demonios cree que hace? —preguntó hacia Tobias, quien sólo se pudo encoger de hombros.

Pero la verdad es que, Zak falló debido a lo difícil que era conseguir su objetivo gracias al árbol en medio de la escena y el resto de la gente cerca de la otra. Y eso fue buena suerte para aquellos desconocidos.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora