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Habían pasado siete días, siete días los cuales Skyler se dedicó a entrenar para mejorar su brazo izquierdo, siete días donde tuvo incontables pesadillas, siete días donde tenía que aguantar esas incontrolables náuseas y siete días donde escuchó a...

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Habían pasado siete días, siete días los cuales Skyler se dedicó a entrenar para mejorar su brazo izquierdo, siete días donde tuvo incontables pesadillas, siete días donde tenía que aguantar esas incontrolables náuseas y siete días donde escuchó a la mayoría de la gente de los clanes.

La chica hablaba junto con Gaia, Zak y Tobias, pensando distintas cosas para mantener a los clanes unidos y que no se vayan a la guerra los unos a los otros. A estas alturas, ni siquiera un Comandante podía restaurar la paz y tranquilidad.

Pero Skyler y Zak estaban dispuestos a cambiarles la opinión de una forma u otra.

Las puertas se abrieron de par en par, viendo a Kane junto con Octavia, ambos con un semblante serio, sin mucho que decir y tampoco con buenas noticias. Luego de ellos, Harum, Allondra y Cora les siguieron, preocupados por las caras de la Gente del Cielo.

—Tenemos un problema —habló Kane—. Es sobre Trishanakru.

Los tres terrestres se miraron entre ellos. Gaia se fue, dejando a solas los temas privados, mientras que sus hermanos se quedaron con ella a un lado, mientras Miko estaba en el otro lado del trono, acostado y aburrido.

—Rafel va a desafiarte —continuó—. Dice que estás siendo débil e influenciada por las decisiones respecto a Skaikru. Que ha enviado a distintas personas para preguntar cosas y tu respuesta siempre ha sido la misma: no atacarnos.

—¿Rafel? —preguntó Skyler con una ceja alzada. Ambos asintieron, confirmando la información— No importa, que me desafíe.

—Sky, tienes un brazo herido —dijo Octavia—. La ley dice que puedes escoger a alguien para pelear en tu lugar. Tobias puede hacerlo, yo puedo hacerlo.

—No —respondió—. No me esconderé, esto es algo que lo tengo que hacer directamente. Como mi hermana, deberé mostrar mi fuerza ante los que me llaman débiles.

Su pensamiento era intacto. Su ego estaba tomando el control, no dejaría que le vieran débil cuando no era el caso, y estaba segura que derrotaría a Rafel con un brazo o ninguno de ellos.

—Puedes cancelar la reunión, o demorarla... —opinó Kane.

—No. Si lo hago, jamás conseguiremos paz entre los clanes —respondió—. He escuchado las preocupaciones de todos ellos, he trabajado para darles la mejor solución, pero no están satisfechos. Quieren mi cabeza, tienen que venir por ella y tengo que demostrar que puedo con esto.

—Skyler —habló Artigas, mirando toda la situación desde su lado, como siempre—. Este no es el mejor momento para ser terca. Si aceptas el desafío de Rafel, puede escoger a su mejor peleador. Podrías morir. Y si mueres...

—Nosotros morimos —finalizó Octavia.

Suspiró, pensando qué podía hacer. Su brazo seguía recuperándose, una herida de bala no sanaba en siete días, menos una apuñalada de su hermana. Se llevó la mano a la frente, pensando en alguna posibilidad, pero no quería lograrlas, porque todas mostrarían debilidad.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora