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La posición donde su brazo se encontraba no ayudaba para nada con el dolor. Octavia abrió la puerta, pero fue interrumpida por Miller.

—Muévete. —ordenó, sonando bastante seria.

—O, te dije, tienes que irte. —dijo Bellamy.

—Necesito hablar contigo, a solas. —dijo Octavia.

Bellamy asintió y ambos chicos que estaban con él desaparecieron. Octavia se acercó, mirando a ambos terrestres, quienes estaban exhaustos y hambrientos.

—No tienes por qué hacer esto, Bell. —dijo Octavia— Salvaron mi vida.

—Y después te tomaron como rehén. —dijo Bellamy— Llevan vigilándonos desde que llegamos.

—También nos estuvieron protegiendo. —dijo Octavia, mirando un punto fijo.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó confundido.

Octavia siguió mirando el punto fijo, hasta que se acercó finalmente. Removió las cosas de Skyler, debajo de su chaqueta que le protegía del frío, estaba el cuerno que ella normalmente tocaba cuando necesitaba la ayuda de Lincoln. Octavia se levantó, mostrándole el artefacto a su hermano, quien miró sorprendido.

—Mira esto. Ella lo tocó. —dijo Octavia, enseñando el cuerno— Yo la vi.

Si supiera que fue porque caí en mi propia trampa. Qué irónico.

—Cuando el cuerno sonó ellos se marcharon... —dijo Bellamy, recordando— ¿Qué me dices de Roma, Digg y John?

—No fueron ellos. —dijo Octavia.

—¿Y cómo estás tan segura?

—¡Porque estaban conmigo! Estaban protegiéndome, ellos, un león y un leopardo.

—¿León y un leopardo? —dijo Bellamy, mirando a su hermana como si estuviese loca, más bien para auto convencerse

—Los he visto, y sé que tú también. —dijo Octavia.

Al escuchar que nombraron a su mascota, dio una sacudida molesta. Si le hicieron algo a los animales, la guerra vendría en menos de lo esperado. Se acercó a Skyler, admirando que en su brazo derecho tenía un tatuaje desde el hombro hasta poco más atrás de la muñeca, y era representaba la piel de un leopardo, en el resto sin tatuar, tenía unas perfectas marcas circulares.

—Octavia —le advirtió Bellamy.

—No me harán daño. Míralos. —dijo.

Bellamy recordó el día en el lago, cuando la vio. Recordó sus primeros días en la Tierra, donde casi mata a Selina, donde casi mata a su hermana; recordó como otro muchacho de su aparente edad detuvo esa flecha lanzando su hacha y precisión; recordó la cara de enfado de ella al ver la osadía de ese desconocido; y, recordó la cara de furia completa al ver cómo llevaban una pantera para la cena.

Todavía le faltaba mucho por aprender de ellos.

Comenzaron a golpear la puerta frenéticamente, Octavia la abrió dejando ver a Clarke, que se acercó rápidamente a Lincoln.

—¿Qué tiene esto? —preguntó demandante hacia Lincoln, mostrando el cuchillo.

—¿De qué hablas? —le preguntó Bellamy a su lado.

—¡Envenenaron el cuchillo! —exclamó— ¡¿Qué es?! ¿Hay alguna cura?

Lincoln no respondió, su mirada seguía seria y recta desde el momento en que lo encadenaron. Al igual que Skyler, no emitía señales de querer responder. Es más, agradecía la agilidad de su hermano para apuñalar y colocarle veneno al cuchillo.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora