8.5

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—¿Tú sabías?

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—¿Tú sabías?

Zak agachó la cabeza, algo avergonzado.

Talia estaba frente a él, en la habitación de ambos, aquella que no tenía literas, y sólo tenía una cama doble.

Después de descubrir que Octavia si estaba al tanto de los gusanos, Talia interceptó a su pareja. Lo conocía como la palma de su mano, así que, era imposible para él mentirle.

—Sí, Talia. Lo sabía.

Durante estos seis años, Zak tomó decisiones que ella no compartió y jamás lo haría. Pelearon muchas veces por ello, destruyendo la relación cada vez más. Zak ya no le confiaba cosas a ella, sino a Octavia, quien estaba igual de vacía que él, pero Zak seguía teniendo a su pareja.

—¿Cómo pudiste aceptarlo? —preguntó Talia— ¿Has pensado en el daño que los gusanos harán al Valle? ¿A la gente? ¿A los desertores?

—Los desertores son traidores —alzó la voz—. Pensaron que estarían a salvo en El Valle, pero no lo están. Y tú sabes lo que hacemos con los traidores.

—¡Hace seis años, Zak! —gritó— ¡Ahora, somos todo lo que queda de sobrevivientes! ¿Piensas matarlos sólo porque no están de acuerdo contigo?

—Si se cruzan en mi camino, sí. ¿Por qué te sorprendes, Talia? Siempre he sido yo.

—No. Ésta es una peor versión de ti

Se fue de ahí, sin esperar una respuesta. Sabía de lo que Zak era capaz, pero, ¿destruir un Valle para que ambas partes queden sin nada? Era ridículo. Incluso Zak sabía cuando retirarse de una guerra, pero ahora estaba cegado por la sed de venganza y sangre.

Por otro lado, Thea se encontraba hablando junto con Clarke en la sala con el computador conectado al dispositivo que Echo llevaba consigo en El Valle. Se mordía las uñas, nerviosa. No conocía a esta gente, pero si Clarke confiaba en ellos, tendría que darles una oportunidad.

—Bellamy, algo sucede

Clarke sacó del trance a Thea, quien comenzó a ver de inmediato la pantalla frente a la rubia. No tenía idea de lo que había ahí, jamás había visto esa tecnología en su vida.

—Estamos dentro. Echo lo logró —Bellamy comenzó a irse, pero Clarke se detuvo, mientras Thea sólo los observaba en silencio—. Espera, Bellamy, en cuanto le digas, marchará a combate y liberará a esos gusanos.

—Por eso debemos llegar primero. Iremos en el Rover, sacamos a los nuestros y ya veremos cómo detener la guerra. Iré por Monty y Harper, tú ve por Madi, y tú —miró a Thea. No la conocía, pero al parecer ella lo conocía a él, y no le agradaba—, ve por tu familia.

Ni siquiera pronunció el nombre de Skyler, pero ya se había ido. Clarke apagó la computadora, mientras Thea se levantaba de su asiento.

—Un amable padre —ironizó Thea, mientras Clarke la fulminaba con la mirada.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora