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Al día siguiente desperté con dolor de cabeza irritante, por lo que me dispuse a pararme de mí cama y salir lo más rápido posible hacia la enfermería. al llegar, madame pomfrey, quien me miró algo extraño por aún llevar puesto mí pijama, se acercó a mí.

-profesora, ¿se encuentra bien?-me preguntó notando que mis ojos estaban enchinados, mis manos sostenían mi cabeza y mi expresión era de dolor.

-me duele la cabeza, mucho. ¿Tiene algo para darme?

-sí, aguarde aquí. –me pidió y se fue a buscar algo al fondo de la enfermería.

Estaba esperando, y no pasaron ni dos minutos, que las puertas se abrieron. Giré a ver qué era lo que sucedida y me encontré con Albus, Andrew y William, el chico de quinto, cargando a Scorpius que parecía estar inconsciente.

-¿Qué pasó?-pregunté a William acercándome rápidamente a ellos.

-no lo sé, los encontré a ellos dos con el niño así. Los ayudé a traerlo, pero no tengo ni idea.

-aquí tengo las pastillas, profe...-entró Madame Pomfrey y se calló al ver al niño inconsciente. –recuéstenlo aquí. –ordenó señalando una de las camillas. – todos fuera menos la profesora, pero antes, alguien explíqueme que fue lo sucedido. –me dio las pastillas y un vaso con agua mientras nos acercábamos y dejaban al niño en la camilla.

-estábamos jugando en uno de los pasillos con uno de esos fuegos artificiales que sirven como pelota que me regalo el tío George y Scorpius corrió hacia atrás, sin mirar, y se golpeó la cabeza contra la pared. –explicó Albus nervioso.

-está bien, ahora, fuera todos. –volvió a ordenar la enfermera. –profesora, ayúdeme con esto.

-vamos, él estará bien.-dijo William mientras se llevaba a Albus y Andrew fuera de la enfermería.

-¿está bien? –pregunté a Pomfrey.

-no lo sé, pudo haber sido un golpe duro y que algún pedazo de su cráneo se haya quebrado, pero no creo. Debería haber sido con mayor velocidad para una lesión de ese tipo, aunque nunca hay que descartar opciones hasta no estar seguros. –explicó la enfermera mientras revisaba al niño.

Pomfrey terminó de revisar a Scorpius y dijo:

–está bien, nada grave. Solo se desmayó porque el golpe fue en un nervio, pero no causo nada malo eso, solo que se desplomara.

un suspiro de alivio salió de mi boca.

–hay que dejarlo hacer reposo durante dos días y en el golpe hay que ponerle hielo. Veinte minutos cada tres horas. Iré a avisarle sobre lo que pasó a la directora y le diré a los niños que pueden pasar. Despertará en una hora por el calmante que le di. –informó la enfermera.

-gracias, Pomfrey.

-solo es mi trabajo.-dijo con una sonrisa. –permiso. –se retiró de la enfermería.

Acaricié un poco la cabeza del chico que dormía en una paz encantadora. Dejé un beso en su frente y me paré de la silla en la que estaba sentada. Caminé hacia la puerta y los dos amigos del pequeño rubio entraron corriendo. Salí de la enfermería y me encontré con William.

-gracias.-le dije

-no es nada, profesora. ¿Cómo se encuentra? –preguntó mientras comenzábamos a caminar hacia el pasillo principal.

-bien, según la enfermera. Dijo que solo fue un golpe y se desmayó porque fue justo en un nervio, pero no es nada grave. –le informé

-bien, me alegro. ¿Y usted? Digo, por las pastillas que le alcanzó Madame Pomfrey cuando llegamos

como aquellos de 1995 || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora