como aquellos de 1995 || Draco Malfoy

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@littlesilverstar gracias por un poco de inspiración. <3

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—Luego me dices como te fue—le dije a Draco bajando del coche.

Cerré la puerta que había quedado con la ventanilla baja y me asomé por ella.  Draco tomó mi mano y besó el dorso de esta. 

—Vale, te amo—dijo soltando mi mano y volviendo a coger el volante—. No sé cuanto pueda tardar, por lo que nos vemos directamente en la mansión. 

—De acuerdo. 

—Adiós papá—saludó Scorpius asomándose por la ventanilla—, y deja de ser tan cursi que la terminarás empalagando. 

Draco rio ante el comentario de su hijo, mientras que a mi me ardían las mejillas. 

—Hasta luego—dijo Draco aun con una sonrisa en sus labios y arrancó el coche. 

Una vez que perdimos el auto de vista, entramos con Scorpius al Caldero Chorreante, un pequeño bar ante los ojos de los muggles. Lo atravesamos, guiando a Scorpius hasta el patio amurallado del fondo, evitando a los magos y brujas ebrios. 

—¿Cómo sabes tanto de mujeres?—pregunté a Scorpius mirándolo de reojo mientras que tocaba el ladrillo correcto en la pared. La pared se transformó primero en un pequeño agujero que luego formó un gran arco. 

—¿Tanto de mujeres?—preguntó confundido—, yo sé de relaciones, y sé que en fin tanto dulce, empalaga. 

—Tienes mucha razón—dije cruzando el arco junto a Scorpius. 

—¿y tú?—preguntó mientras caminábamos a la Librería Flourish y Blotts.

—¿Yo? ¿Qué?

—¿Qué son papá y tú?—pregunté y sentí como mi cuerpo se tensaba en el  lugar. 

—Emm...—vacilé. 

—Entiendo, nada serio. Algo del pasado que volvió. Mi tía dice, donde hubo fuego, cenizas quedan. 

—¿Daphne?—pregunté recordando a mi amiga y a la declaración de Pansy la ultima vez que la vi. 

—Sí, Daphne Greengrass. La hermana de mamá—explicó.

—Somos buenas amigas—confesé. 

—¿En serio? ¿Irás al casamiento?—preguntó con una sonrisa. 

—Sí, seguramente lo haga—respondí. 

Llegamos a la librería y entramos. Dejando atrás la conversión, buscamos los libros que Scorpius necesitaría. Una vez con el canasto lleno, nos metimos en la cola para pagar. 

—¿Annette?—preguntó alguien detrás de mí. Volteé y me encontré con un rostro conocido. El pelo castaño estaba corto, aún seguía en forma como años atrás y esa sonrisa brillante seguía iluminando su rostro. 

—Pucey—saludé con una sonrisa forzada. 

Luego de la guerra, aún intentando olvidar por completo a Draco, había tenido una que otra historia con otros. Adrian Pucey había sido uno de ellos.