A pesar de todo lo que podría estar sucediendo fuera en el mundo, las clases en Hogwarts volvieron. Hace dos semanas el año había comenzado y todo lo que sentía era miedo. Había aceptado el hecho de que mi sueño sucedería. De todos modos, durante este tiempo no hubo más noticias sobre Voldemort y Delphini y eso era lo que más me preocupaba.
—Profesora—me llamó uno de mis estudiantes—, ¿está bien?
Desde el inicio de clases he estado prácticamente desconectada del mundo. La profesora McGonagall ofreció darme un descanso pero prefiero mantener mi mente ocupada.
—Lo siento, bien. Como decía, hace años, el Ministerio de Magia decidió que en las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras, lo más conveniente es que se enseñen los tres maleficios imperdonables ya que, luego de la Segunda y última Guerra Mágica, las leyes debieron cambiarse para que todos en el mundo mágico tengan conocimiento de estos hechizos—expliqué e hice una pausa—. Tengo entendido que el profesor Binns ya le ha dado el tema de la Segunda Guerra Mágica, pero me gustaría repasarla antes de continuar con los maleficios imperdonables. ¿Quién quiere comenzar?—una alumna levantó su mano y le di la palabra.
—Voldemort, luego de haberlo dado por muerto, volvió tras las Primera Guerra Mágica en 1995 donde la tercera instancia del Torneo de los Tres Magos se llevaba a cabo y mató a Theothore Nott —respondió Celina, la alumna de Ravenclaw—. Desde allí, el terror de todo el mundo mágico despertó. Mi madre dijo que fueron años terribles, muy desesperados y oscuros. La gente está perdidamente atemorizada.
—Así es. Perdimos mucha gente durante esos años. Lo puedo contar desde mi punto de vida, perdí a mi padrino, mi mejor amigo y mi tío, mi tía, perdí amigos y muchísimos conocidos. Fueron años durísimos, para todos. Seguramente más de uno en este salón debió haber perdido a alguien, aunque quizás ni lo sepan. Perdimos a uno de los mejores directores de la institución. El profesor Albus Dumbledore, también al profesor Severus Snape y a nuestro adorado Hagrid, uno de mis mejores amigos, una gran compañía, que de seguro oyeron hablar de ellos. Gente valiente murió dando pelea por los que amaba. Hermanos, familia, amigos y desconocidos murieron, todo a causa de un maniático sin nariz que quiso dividir su alma en siete porque temía a la muerte. Se les dio el reconocimiento a unos pocos, pero todos ganamos.
—¿Usted no es uno de esos reconocidos?—preguntó interesado uno de los alumnos.
—sí, lo soy. Pero no soy la única..., el profesor Longbotton también lo es, la profesora McGonagall también, al igual que el profesor Slughorn, el profesor Flitwick, la profesora Trelawney, Vector, Baddling, todos en este mundo, todos aquellos que no sirvieron nunca a Voldemort. Todos ellos salvaron al mundo mágico. Algunos hicimos más que otros, pero todos hicimos—se creó un corto pero muy respetuoso silencio en el que mi mente viajó a cada recuerdo de la guerra. Sentí como un frío recorrió mi espalda y me obligué a dejar eso atrás—. ¿Alguien sabe que sucedió aquel día donde Theothore Nott fue asesinado?
—Como dijo Celina, la tercera prueba del torneo de Los Tres Magos—respondió Alex, un chico de Hufflepuff—. Los campeones habían concretado la prueba y en el mismo festejo, asesinaron a Nott.
—Muy bien. En la última prueba, entraron los cuatro campeones, Fleur Delacour, Viktor Krum, Cedric Diggory, yo y mi hermano, Harry Potter, a un laberinto, la última prueba. A Krum le habían hecho una de las maldiciones, la maldición imperiatus, lo controlaban. Bajó la maldición, atacó a Fleur y a Cedric. Delacour tuvo que salir, no tenía opción, mientras que a Cedric, junto a Harry lo ayudamos a tiempo y no fue tanta la tortura.
>> Desmayamos a Krum y pedimos un rescate para él. Diggory, mi hermano y yo llegamos a la copa, pero estaba hechizada. Nos aparecimos en un cementerio, donde Voldemort fue traído de vuelta por uno de sus seguidores. Entre ataques y defensas, los tres logramos volver vivos, pero muy heridos. Recuerdo con claridad como todos comenzaron a gritar emocionados y como las trompetas sonaron.
~
La emoción era contagiosa, pero no me contagiaba en absoluto. Las trompetas y los bombos sonaban, mientras que la multitud festejaba, aplaudía, gritaba y saltaba. Mi brazo ardía y mis ojos quemaban. No podía ver, las lágrimas me lo impedían.
—¡Annette!—mi hermano gritó y pude ver como se arrastraba hacia mí, con su brazo también sangrando.
—¡AAAHHHH! —un grito de terror se escuchó desde las gradas y luego un golpe seco calló cualquier tipo de festejo. El cuerpo de Nott, en peso muerto, rodó hasta caer en el césped frente a todos, sus ojos abiertos de terror, sangre a lo largo de su cuerpo y el claro dolor de la muerte se reflejaba en su rostro.
~
—Nott había muerto—finalicé la narración de mi recuerdo. En el salón se hizo un silencio, el cual rompí al pasar un minuto, aproximadamente—. ¿Comenzamos con lo maleficios?—todos se acomodaron en su silla—. Muy bien, como decía antes, hace quince años, el ministerio decidió que sería buena opción enseñar los maleficios a los alumnos mayores de dieciséis, por lo que debo de enseñarles esto. ¿Cuántos maleficios hay?
—Tres—respondió Celina.
—¿Cuáles son?
Y la clase continuó, con ese triste recuerdo en mi mente.
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como aquellos de 1995 || Draco Malfoy
FanfictionLa historia transcurre 20 años después de la Segunda Guerra Mágica. Annette Potter, hermana de Harry Potter, aunque lo único de parecido que tienen es el apellido, es la nueva profesora de Defensas Contra las Artes Oscuras y Hogwarts por fin consigu...