como aquellos de 1995 || Draco Malfoy

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Habían pasado unos minutos y faltaban cinco para que la hora terminara, por lo que les dije a los alumnos que podían retirarse.

La mayoría se paró y se fue, mientras que otros terminaban la lectura y otros acomodaban sus cosas. Me despedí a medida de que los estudiantes se iban y quedó solo Albus.

-Tía. -Dijo y yo lo miré- ¿puedes no hacer eso la próxima vez?-preguntó algo avergonzado.

-¿de qué hablas?

-a eso de hacerme pasar el ridículo. Por favor.

-Al, mira, ya te lo dije en la clase, pero te lo repetiré, a pesar de ser mi sobrino te trataré de igual manera que al resto, lo mismo con Rose, no por ser mi ahijada la trataré especial. -expliqué

-está bien, lo entiendo, pero...

-Al, pero nada, quiero que lo entiendas. No lo hago por mala o porque quiero que quedes en ridículo, lo contrario, pero necesito que prestes atención. ¿Sí? -Albus asintió con la cabeza y, sin despedirse, se fue del salón.

Me quedé acomodando los pupitres para la siguiente clase que comenzaba en unos diez minutos.

Hice aparecer una taza con café en mi escritorio y bebí un sorbo, interrumpido por el llamado a la puerta. Me acerqué a esta y la abrí.

-Annette, la buscan -avisó la profesora McGonagall.

-¿Quién?-pregunté confundida.

-es mejor que lo vea usted misma. Está en mi despacho. -avisó y con algo de confunción le agradecí y fui hacia allí.

Abrí la puerta y me encontré con la habitación vacía, pero escuché un ruido a unos pocos metros de mí.

-¿hola?-pregunté acercándome lentamente a donde el ruido había sido provocado.

Mi corazón bombeo a más no poder, mi cabeza comenzó a dolerme y mis manos transpiraban, al encontrarme con aquel rostro conocido.

-¿Qué haces aquí?-pregunté luego de tragar en seco.

-estás...

Lo interrumpí

- ¿Qué haces aquí? -repetí pero con un tono más elevado en mi voz.

-viene a ver a mi hijo.-mintió

-¿Esperas que te crea? Me dijeron que me buscabas a mí. Lo repetiré una vez más-advertí- ¿Qué haces aquí?

-¿si lo sabes por qué preguntas? Acabas de decirlo tú misma. -dijo Draco

-¿Por qué?

-sabes muy bien porque, Annie

-no me llames así. Nadie me llama así

- siempre lo hice

-pues ya no más. No me vuelvas a llamar así. -Ordené- ¿Qué quieres?

-verte, hablar, saber de ti

-como si te importara -revoleé mis ojos.

-sí, me importas.-dio un paso acercándose a mí y yo retrocedí

-no parece. Tuviste un hijo, estás casado.

-pero obligado-se defendió. - además, ¿Cómo sabes eso? ¿Estuviste averiguando de mí?-preguntó con una sonrisa estúpida dibujada en sus labios.

-no, idiota. Tu hijo tiene clases conmigo. Y tu anillo en el dedo te delata con lo de tu casamiento.

-este anillo no es de mi casamiento, es uno de mi madre. Y sí, estoy casado, pero como si me importara Astoria.