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Los ojos de Astoria abiertos de aquella forma me daban escalofríos. Sus manos en su hijo era lo que más me preocupaba.  Tragué grueso y di un paso adelante. 

-Annette. -susurró Draco sin quitar su mirada de Astoria. 

-confía en mí. -dije bajo y di otro paso. Astoria retrocedió con Scorpius agarrado de su cuello. 

-¿por qué haces esto? -hablé con calma, tirando su varita hacia atrás, dejándola al alcance de Draco. 

-no te acerques. -dijo ella ignorando mi pregunta. 

- ¿Cuál es la razón? -insistí

-no lo entenderías. -dijo ella y pude ver como secaba una lágrima.

-explícame. 

-tú siempre tuviste todo lo que quisiste. 

-¿en serio crees eso?-pregunté con una risa sarcástica. - yo quise padres y una vida tranquila, en cambio conseguí un enemigo que  intentó matarme incontable veces que mató a mis padres cuando yo no tenía ni siquiera 2 años de edad. 

-si hubieses tenido padres, lo más probables es que hubieses deseado  miles de veces no tenerlos. -dijo terminando con un suspiro  angustiante.

-no lo creo y no lo sé, porque no tuve la oportunidad de tenerlos. 

-créeme, si lo hubieses deseado. 

-¿no crees que Scopius en este momento está pensando lo mismo contigo? -dije viendo como el niño temblaba en sus manos 

Astoria miró a Scorpius y luego vi como sus ojos iban a Draco, para luego  volver a ponerlos  en su hijo. Ella aflojó el agarre en el niño pero no lo soltó. 

-yo solo te protejo.-dijo ella agachándose a la altura de su hijo-  Tu padre es un monstro y no le importa cuanto lo ames, él te lastimará sin piedad.

El niño miró hacia su padre y luego sus ojos se encontraron con los míos. Se volvió hacia Astoria y le sonrió. 

-sé que mi padre no me lastimaría a mí.-dijo seguro de sus palabras- Él es el mejor que he podido tener, por otro lado, tu apenas me das atención. Yo te quiero-confesó-, pero si debo elegir, debes saber que iré con él. 

En ese instante, se oyó a la profesora McGonagall pronunciar un hechizo, que hizo que Astoria se desmayara instantáneamente. Scorpius corrió a Draco, quien lo recibió en un abrazo y los profesores se reunieron alrededor de Astoria. McGonagall caminó a mí y me pidió que la acompañara a su despacho. Dándole una última mirada a Draco, caminé junto a la profesora. 

Los pasillo hacia el despacho del director eran tan conocidos por mi mente que siempre me llevaban a los mismos recuerdos. Aún seguía recordando el olor a las bombas de humo que solíamos lanzar con los gemelos. 

~

La profesora McGonagall, con su mandíbula apretada y su paso firme caminaba delante guiándonos. Miré a Fred de reojo y unas ganas inevitables de reír se vinieron a mí. 

-no se te ocurra. -me decía con señas el pelirrojo, pero cada vez mis ganas de reír aumentaba. Mordí mi labio con fuerza y puse una mano sobre mi boca, tapando mi risa. 

La profesora giró en un pasillo y frenó al final de este. Dijo algo que no oí  ya que estaba concentrada en no reír y una escalera comenzó a aparecer. Rápidamente, los tres subimos a esta la cual nos llevaba hacia arriba sin necesidad de mover algún musculo. 

Al llegar arriba, la profesora fue  la primera en pasar y nos guio a la puerta mas cercana. llamó a la puerta y una voz desde adentro nos dio permiso para pasar. La profesora, antes de abrir la puerta, nos dio un último vistazo. 

como aquellos de 1995 || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora