Al terminar la cena, caminé a mi salón, acompañada de Rose quien me hacía algunas preguntas sobre criaturas mágicas y hechizos de los que había leído.
-¿eso quiere decir que te levita y te empuja con mucha fuerza?
-eso mismo-aseguré
-genial.-dijo y un brillo en sus ojos apareció.-gracias tía. –dijo y volteó para irse, pero la frené agarrando su brazo
-quiero que me confieses algo. –dije alzando una ceja
-¿Qué cosa? –dijo imitando mi acción
-¿Quién es?-pregunté y sus mejillas se tornaron rosada-así que hay alguien...-hablé emocionada.
-es uno de otra casa, pero no te diré más, porque te conozco y sé que harás cualquier cosa con tal de verme cerca de él.
-claro que no
-sí, como digas. ¿Cómo está Scorpius? -preguntó tomándome por sorpresa
-¿Scorpius Malfoy?-pregunté pícara
-no es él-se apuró a decir, pero sus mejillas rojas la delataron
-sí, lo es.
-no. ¿Sabes qué? Debo hacer un trabajo con una chica de Ravenclaw que me está esperando. Nos vemos
-sí, claro, escapa pequeña liebre. –le dije mientras la veía irse a paso apresurado.
-pensé que solo la usabas con los de tu casa -dijo una voz masculina detrás de mí, haciéndome sobresaltar; Malfoy. –La frase.-explicó
-no soy estúpida. –bufé y caminé en dirección opuesta en la que estaba él parado.
-sí, claro, escapa pequeña liebre.-dijo en forma de burla, lo que me hizo voltearme y caminar a él. –buena frase, pero tú eres una conejita, no liebre. –dijo tomando con delicadeza mi mentón. –MI conejita.
~
-ey, búsquense una habitación.-exclamó Pansy cortando mi beso con Draco.
-¿celosa Parkinson? –dijo burlesco él
-quisieras Malfoy. Tengo con quien compartir saliva, por lo tanto...-se dio un beso en la yema de dos de sus dedos, los cuales apoyó en cada una de nuestras mejillas.-besitos.-dijo la pelinegra y se fue de la sala común.
-¿quieres buscar una habitación?-susurró Draco en mi oído.
-¿crees que necesitamos buscar? Porque yo creo conocer una habitación que nos puede servir.-susurré pasando mis brazos por su cuello.
-pues entonces llévame.
Agarré su corbata y jalé de ella, arrastrándolo por las escaleras y el pasillo de las habitaciones, hasta llegar a la última puerta y entrar.
Draco hizo un hechizo silenciador a la habitación y hechizó la puerta para que no la puedan abrir. Dejó su varita a un costado y me sonrió pícaro. Me miró de arriba abajo y posó sus manos en mi cintura. Me jaló hacia él y corrió mi pelo con su mano. Dejó besos húmedos en mi piel, además de algunas marcas y se acercó a mi oído.
-como conejos. –susurró en mi oído.
-¿quieres que sea tu conejita?- susurré en su oído y noté su piel erizar y una sonrisa formarse en su rostro.
Estampó sus labios en los míos y como animales nos devoramos, mientras nos arrancábamos la ropa. Draco me cargó y yo enrollé mis piernas en su cintura, dejándome llevar por él hasta la cama.
Caí en peso muerto sobre el colchón y sentí como la lengua de Draco lamía mi abdomen, haciendo que mi espalda se arqueara y que algunos gemidos salieran de mi boca. Llegó a mi pecho y besó uno de mis pezones desnudos, hasta llegar a mi boca, donde dejó un beso apasionado.
-¿quieres que te deje coja, conejita? –Preguntó sin separar demasiado sus labios de los míos- ¿quieres que te demuestre, otra vez, que eres mía, que eres MI conejita? ¿Quieres eso?
Asentí con la cabeza, pero recibí un golpe en mi nalga.-quiero que lo digas -dijo Draco- pero quiero que lo digas como me gusta, conejita.
-sí, Draco...-dije en un gemido sobre su oído.
-buena chica. –susurró el rubio y no tardó en meter dos dedos en mí.
~
Corrí su brazo con brusquedad. –No me llames así y no soy tuya.- mascullé
-sí que lo eres, y desde esa tarde, hasta el día de hoy eres y seguirás siendo MI conejita.-susurró acercando su rostro al mío, dejándonos a tan solo centímetros.
-no. –Respondí.- dejaste de tener esos títulos el día que hiciste lo que hiciste.
-sabes muy bien porque lo hice ahora, y deberías agradecérmelo.
-nunca. –dije y me di la vuelta.
Caminé fuera de allí, hasta llegar a la sala de profesores. Pasé el resto de mi tarde bebiendo café y hablando con algunos profesores, hasta que la noche cayó en Hogwarts y fui a mi habitación.
Esa noche tenía que hacer guardia, por lo que preparé mi dormitorio para cuando, a las tres de la mañana, vuelva y esté totalmente cansada para caminar por la habitación agarrando y ordenando las cosas para ir a dormir, por mi loca manía de tener todo prolijo antes de dormir.
Terminé de acomodar mis cosas y me quedé leyendo un rato, hasta que se hizo la hora de la cena, la cual transcurrió rápido, entre algunos comentarios típico de Draco Malfoy.
Al terminar, ayudé a algunos perfectos a llevar a las distintas salas comunes a los alumnos de primero, que aún no se acostumbraban al gran tamaño del colegio y a los cambios que solían hacerse gracias a las escaleras.
Al iniciar el toque de queda, saqué el mapa del merodeador, aquel que muestra a todas las personas que están en el castillo, y me senté bajo la luz de la luna en uno de los ventanales que daba al patio del reloj.
Después de haber estado un par de horas mirando el mapa y notando que todos estaban en su debido lugar, cerré el mapa, pero la curiosidad me mató y lo volví a abrir para buscar a Draco en él.
Su nombre apareció en el mapa, mas precisamente en la torre de astronomía, me resistí a ir a ver qué estaba haciendo, pero de golpe su nombre comenzó a moverse. Caminaba por uno de los pasillos, hasta que dobló en el mismo en el que yo estaba.
Agarré mi varita y el mapa y caminé a paso apresurado hasta salir de allí, pero el nombre de Draco en el mapa seguía mis pisadas.
Llegué a mi habitación y rápidamente me metí, hice un hechizo para que no puedan abrir la puerta y suspiré aliviada. No quería cruzármelo, ya mucho con tener que aguantar las comidas y sus comentarios.
Dejé caer mi cabeza en la puerta, frente a la que aún seguía parada. Escuché alguien llamar a la puerta, por lo que agarré el mapa y vi el nombre de Draco, por lo que me mantuve en silencio, quieta en mi lugar.
Esperé unos pocos segundos y vi el nombre de Draco alejarse.
Me acomodé entre las sabanas negras, ya con mi pijama puesto, y miré el techo por unos pocos segundos.
-Mañana será otro día.-pensé y cerré mis ojos, esperando poder dormirme rápido, algo que conseguí.
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no olviden votar!!
3/4
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como aquellos de 1995 || Draco Malfoy
FanficLa historia transcurre 20 años después de la Segunda Guerra Mágica. Annette Potter, hermana de Harry Potter, aunque lo único de parecido que tienen es el apellido, es la nueva profesora de Defensas Contra las Artes Oscuras y Hogwarts por fin consigu...