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-¡SLYTHERIN!

Miré a Albus, tenía su mirada perdida al frente y su boca abierta. Miré de reojo a Neville y él a mí. Le quité el sombrero de la cabeza lentamente y aplaudí, acompañada de Neville, los profesores y algunos alumnos.

Agarré el brazo de Albus, quien seguía sentado y lo levanté del banco de madera. –luego hablamos-le susurré y el asintió con la cabeza. Le di un leve empujón hacia su mesa y caminaba lento, observado por todos.

Continué llamando a cada uno de los que faltaban y al terminar me senté en mi lugar nuevamente. La profesora McGonagall se paró y dio un corto discurso de bienvenida, además de remarcar algunas reglas, como que no se debía ir al bosque prohibido. –muy bien, sin más que decir, a disfrutar del banquete.

Sobre las mesas aparecieron bandejas de comida y los platos de oro se llenaron de delicias. Las copas de los profesores se llenaron de vino blanco, para acompañar el pato a la naranja que teníamos como manjar. Neville cortó una parte del pato y me sirvió de la carne blanca, mientras que yo acomodaba una servilleta de tela en mis piernas.

-gracias. –le dije en cuanto dejó la comida en mi plato.

-qué raro lo de Albus. –comentó mientras se servía a él comida. –no me lo esperaba.

-yo sí-confesé

-¿Qué? ¿Por qué?-preguntó mirándome.

-no lo sé, pero me lo esperaba. –respondí mirando hacia la mesa de las serpientes. – en cierto punto siempre creí que él terminaría siendo una serpiente.

-yo noté que era diferente, no tenía muchas esperanzas de que quedar en Gryffindor, pero no creí que sería de la casa Slytherin-confesó

-le dije de hablar luego- le comenté

-debe estar...asustado. Más bien, debe tener miedo a la reacción que pueda llegar a tener Harry, ¿no crees?

-Harry también creía que no quedaría en Gryffindor. Nunca le dijo a Albus que no pensaba que sería un león, pero le dijo que si quedaba en otra casa estaría todo bien, que él no se enojaría, pero ambos conocemos a mi hermano, aunque no lo diga...

-lo siente.-completó él – creo que deberíamos hablarle los dos. Como padrino debería apoyarlo.

-por supuesto. Mañana en el desayuno lo llamamos y hablamos. ¿Te parece?

-creo que necesita hablar ahora. –respondió mirando al niño.

Levanté mi vista del plato a él. se encontraba jugando un su trozo de carne, con su cabeza sostenida por su mano y con la mirada en la mesa. Tenía una expresión de tristeza.

Noté al hijo de Malfoy hablando con él, parecía intentar de animarlo a comer, pero Albus no le hacía caso.

-sí, tienes razón.

Limpié mi boca con la servilleta y la dejé sobre la mesa a un lado de mi plato. Me levanté de la silla, acción que imitó Neville, y caminamos hacia la mesa de Slytherin.

-¿podemos hablar? –dije atrás de Albus. Él no respondió, solo se paró del banco y caminó a la salida. –Provecho-dije a los alumnos sentados en la mesa y caminé a la salida, junto al profesor de herbología.

Salimos del Gran Comedor y nos frenamos a dos pasillos de diferencia de la puerta.

-Albus...-llamó Neville al chico el cual frenó en seco y giró.

Tenía una lágrima asomándose por su ojo derecho y con un simple parpadeo cayó, pero se la secó rápido. Lo abracé y acaricié su cabello.

–ey, tranquilo.-intentaba consolarlo Neville agarrando la mano del niño. –no tienes la culpa y tampoco es algo malo. Es solo una casa

-es Slytherin. –dijo el niño con la voz quebrada. –todos en mi familia fueron Gryffindor. ¿Por qué debo ser el distinto?

-mira, ¿recuerdas a Siruis, de quien te hablé varias veces? bueno, él estuvo en un caso parecido. Toda su familia fue Slytherin y él fue el único Gryffindor. Su familia no lo aceptaba, ¿recuerdas?, pero a él no le importaba. En tu caso, tu familia lo acepta, y créeme que no te trataran diferente por ser una serpiente, a ti no te tiene que importar si hay alguien que se burla de ti por ser "diferente", como tú dices.

-ser diferente no es malo, al contrario, es bueno, siendo diferente eres único, especial. –dijo Neville

-no quiero ser especial. Quiero ser como mis hermanos, como mi padre, como mamá, como ustedes, unos leones.

-¿perdón? Yo soy una serpiente y mi orgullo no va a permitir que me digas que soy un león.

-¿tú eres...?-preguntó Albus sorprendido, siendo interrumpido por mí.

-sí, sí lo soy, y no tengo ni vergüenza, ni me siento diferente por ser una Potter serpiente. Eres igual a mí, al principio también me sentía así, ser la diferente a la familia, principalmente porque no conocía a mis padres y nunca pude saber su verdadera reacción a ser de Slytherin, pero luego... era única, acepté ser una serpiente.

>> La mayoría de mis amigos eran de Gryffindor, pero yo era de otra casa, siendo así una entre tantos. Ser Slytherin te lleva a hacer cosas magnificas, no discrimines a tu casa por lo que escuchaste. Si vas a discriminar a Slytherin hazlo por lo que TÚ sabes, lo que TÚ aprendes.

>>O sino..., solo defiende con colmillos y veneno. Encuentra el honor de ser una serpiente, amaras serlo al final de la historia. Es fácil encontrar héroes en Gryffindor, su valentía hace que la mayoría se convierta en eso. Pero un Slytherin, siendo un héroe, eso es muy difícil de hallar.

>>La mayoría creen que somos villanos, los malos de la película, pero créeme que no lo somos y que bondad hay en todos.

-Al, tu tía puede decir muchas bobadas en una sola frase-le di un golpe en su brazo- PERO... en esto tiene mucha razón. No soy de Slytherin, soy de Gryffindor, pero aunque sea un león, sé que las serpientes protegen, como matan. Un colmillazo y muerta la rata, pero si un halcón se acerca a robar su rata, mata por cuidarlo. Las serpientes no son malas, pero años y años de generaciones demostrándose malas los hacen parecer. Annette hizo una grieta en esa capa, es tu turno, Albus.

-rompe el estereotipo, lo peor que puedes hacer es seguirlo.

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como aquellos de 1995 || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora