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La clase de maldiciones había terminado, al igual que las que tuve con tercer y  primer año.

Terminé la cena y fui a mi habitación.

Llené la tina de agua y mientras esperaba, me denudé y me cubrí con una bata de seda que quedaba a unos tres dedos sobre mis rodillas. Eché una bomba de baño en el agua caliente de la bañera. Hice aparecer una copa con magia, al igual que un vino blanco.

Me asomé unos dos minutos por la ventana, a apreciar las hermosas vistas que tiene Hogwarts y luego entré al baño.

Dejé la puerta abierta, pero las luces apagadas. Prendí algunas velas y tomé un libro que estaba leyendo.

Cerré el grifo de agua y puse en el tocadiscos un disco de música relajante. Me quité la bata y até mi pelo en un moño, para luego sumergir mi cuerpo en el agua, sin mojar mi cabello. Me quedé unas dos copas mirando la pared y luego comencé a leer.

Gracias a un hechizo, el agua siempre se mantuvo en una hermosa temperatura, por lo que al terminar la botella de vino, no tenía frio.

Estaba demasiado relajada, entre la música, el alcohol, y la paz, me quedé dormida.

Calculo yo que desperté unos 20 minutos más tarde de haber caído en un profundo sueño. Sin abrir mis ojos me acomodé en a tina y estiré mi cuerpo.

Froté mi cara con mis manos y estaba dispuesta a salir, pero en cuanto abrí mis ojos, me encontré con Draco en mi baño, sentado en el piso, con mi copa en su mano bebiendo whisky.

Rápidamente me llevé una mano a mi pecho y me acurruqué, tapando mi cuerpo con mi propio cuerpo.

-como si nunca te hubiese visto sin ropa. -habló. -conozco cada parte de tu cuerpo.

-conocías-contra ataqué - ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¿Quién te dejó hacerlo? ¿Y por qué usas mi copa?

-una por una. -dijo arrodillándose y poco a poco acercándose a mí, peligrosamente. -tengo tu copa porque quiero tenerla. Entré a tu habitación porque quería. ¿Quién me dejó?, nadie, pero lo hice igual. ¿Cómo lo hice?, pues fácil, conozco todos los cambios de guardias y las partes que cuidan, porque fui perfecto, no sé si recuerdas eso, los idiotas nunca lo cambiaron.

>>Qué hago aquí...pues, me debes algo. Y conocía, conozco y conoceré siempre tu cuerpo. -para ese punto, ya estaba frente a mí, ambos mezclando respiraciones. -siempre será ese sexi y ardiente, cuerpo que me excitará y me hará perderme en cada una de las curvas que tiene.

mis pupilas se dilataron, haciendo que Draco, a pesar de la poca luz, lo notará y sonriera.

–Déjame probarlo una vez más y recordar el delicioso sabor que tiene. -susurró

-Draco...-sus labios se juntaron a los míos en un beso desesperado y ardiente, interrumpiendome.

La calentura nos estaba quemando y como dice el dicho, quien juega con fuego, se quema.

Pasé mis manos por su cuello y enredé mis dedos en su cabello. Draco se paró y se quitó los zapatos, para luego entrar en la bañera.

Su pantalón, camisa y calcetines se mojaron y rosaron mi piel. Sus manos se posaron en mi cintura, mientras que mis piernas se enrollaron en su cintura.

Malfoy comenzó a desabotonar su camisa, pero antes que llegara a la mitad, esa voz interior dentro de mí me hizo detenerlo.

-no. -dije mientras que mi mano se apoyaba en las de él, haciendo que se quedaran quietas.

como aquellos de 1995 || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora