HIGH ENOUGH ☆ Tom Riddle

VIII

capítulo 8

Cassiopea había estado rara últimamente y nadie entendía el porqué.
Seguía siendo fría, pero ahora estaba zafada, sonreía con todo y daba comentarios al azar, se la pasaba en su mundo siendo sus amigos y su hermano los únicos que la hacían aterrizar.
Como si fuera muy poco había entablado varias conversaciones con Sirius, obviamente nada muy importante, solo temas triviales.
A todos les estaba preocupando su actitud. Y es que Walburga venía todos los fines de semana y la llevaba con ella, y cuando volvía parecía más perdida que antes, Aveces llegaba con el cuello marcado con moretones y las muñecas marcadas más pálida de lo que ya era su piel naturalmente.

A Regulus cada vez se le hacía más difícil mostrase indiferente, pero no podía hacer nada pues La peli negra le había hecho jurarle que mientras alguien los estuviese viendo no podría interceder por ella de ninguna manera.

Cassiopeia estaba descansando en un árbol frente al lago, mientras fumaba, su cabeza divagaba mientras empezaba a pensar en todo lo que había pasado estos últimos meses. Sin darse cuenta una lagrima bajo por su rostro. Una de las cosas que más rondaba en su cabeza era que lo único que había hecho para cambiar su vida ahora la estaba consumiendo y sacando de sus cabales. Se prometió así misma que intentaría dejarlo y que solo fumaría un cigarrillo cuando no pudiera más. Pero entonces el fin de semana llegó y la quebró junto con su promesa.
Luego de un día del demonio con su madre era una mortifaga.

Llegó a Hogwarts y sin pensarlo dos veces subió corriendo a su sala común.

—Hey Cass! -un gritó impidió que siguiera corriendo haciéndola voltear. —¿Estás bien?, no hemos hablado.

—No hablemos de mi, vamos al lago, necesito distraerme un poco. -Sin dejar que dijera nada lo tomó de la mano y empezó a caminar, enrollando su brazo con el de el mientras pensaba en un tama de conversación.—¿Que tal te va con la peli peli?

—No me va... -esta se giró y lo vio directo a los ojos con expresión de confusión. —Está de novia con el miope.

El apodo causó una pequeña risa de Cass haciendo que cambiaran de turno y ahora el la mirará a ella. —El miope, jajaja me gusta como suena, le voy a decir así- Severus la observo desconcertado, pues nunca la había visto tan en las nubes como ahora.

—¿Has hablado con Regulus?

—¿Sabes? Deberías decirle lo que sientes, -habló evitando totalmente el tema- esa pelirroja te da alas y luego te las corta con moto cierra, deberías dejarle las cosas clara, le dices...
"Lily estoy enamorado de ti desde que te vi peleando con tu hermana. Se que te gustan los idiotas con miopía buenos para nada, pero eras mi amiga antes que nada y eso no va a cambiar", puede que no sepa que hacer,. Pero te aseguro que te quitará un peso de los hombros.

—No creo que funcione así Cass... ¿Entonces?, -esta lo volteó a ver para que continuara- ¿Hablaste con Regulus?

—No. He hablado más con Orion que con el. -Al terminar esa sarcástica oración sintió un enorme dolor de cabeza que se extendió por todo su cuerpo consentrandoce en el nuevo tatuaje cortesía de Voldy que a diferencia de los demás lo tenía en el tobillo izquierdo.

—Cass ¿Estas bien? -se acercó a ella preocupado, en cuanto la tocó se dio cuenta de lo caliente que estaba, al punto de empezar a sudar en pleno invierno. —Cass. Estas hirviendo... ¿Cass?, Casiopeia!
-esta estaba tan blanca que podías ver las venas color obscuro haciendo parecer que en cualquier instante sería transparente, esta ya no lo escuchaba y veía todo borroso, lo último que vio al volverse todo negro fue a su amigo azabache.

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Severus llevaba a la peli negra en brazos a toda velocidad por los pasillos de Hogwarts intentando llegar a la enfermería, unos chicos le pasaron por al lado deteniéndose sin darse cuenta de la presencia de la chica.

—Hey Quejicus ya te enteraste de que tengo novia nueva. —este iba ta apurado y preocupado que no le escuchó.

—Eh QUEJICUS! Te están hablando. -Habló esta vez Peter resaltando el «Quejicus»

—No Es un buen momento.- habló con voz temblorosa mientras sentía la piel de su amiga enfriarse pero sin dejar de sudar mientras su boca se tornaba lila.

—Jaja que no es un buen momento, —Habló James poniéndose en frente interrumpiendo su paso
—siempre es un buen momento para... —se paro en seco ver a la hermana de su amigo casi sin vida—...no es un buen momento.

Este se quitó del camino y Severus avanzó más rápido que una escoba de quiddich hasta llegar a la enfermería a la cual entró pidiendo ayuda por su amiga.

Los merodeadores mirabas confundidos a James quien seguía viendo el pasillo por el cual se habían ido, con una mano cubriéndose la boca.

—Sirius... llevaba a Skylar.