¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO 44
Cassi y Tom se alistaban para hacer una aparición cuando una lechuza llegó a la ventana de su habitación y empezó a tocar la ventana con su pico a tal punto que se le salieron grietas al vidrio.
Ambos se miraron confundidos pero habrieron la ventana. La lechuza tiró la carta que llevaba y se fue volando antes de poder alimentarla o si quiera reconocerla.
Mientras Cassie se acercó a la ventana para ver a la lechuza Tom agarró la carta del suelo.
—Amm... ¿Cass?. -Cassiopeia volvió a la realidad y volteó a ver a Tom.–Creo que debes leer esto.
Cassiopeia se sentó al lado de el y tomó la carta mientras que Tom la abrazaba por la espalda con la cabeza apoyada en su homabro para ver tambiel el contenido de esta.
En cuanto terminaron de leerla Cassiopeia miro a Tom quien en seguida se negó.
–Por favooooor.
—No.-Dijo firme y se levantó.
Tom no supo bien lo que pasó despues. Pero cuando se enteró ya estaba en la puerta de la casa de los Tonks junto a su prometida que no cabia de la delicidad, mientras que Tom miraba todo con flojera y algo de molestia.
La ultima vez que habian venido Cassi tuvo un ataque de panico tan fuerte que se tuvo que orillar en medio de la carretera.
Y ahí estaban de nuevo.
La carta era de Andromeda Black. La misma que había llamado a su prima monstruo y le hizo creer que era cierto.
En la dichosa carta Andromeda pedía un millón de disculpas solo para terminar pidiendole a Cassiopeia que cuidara a la niña por un mes mientras ella y su esposo se iban a una isla por su luna de miel.
Andromeda le abrió la puerta y le entrego a la niña con sus cosas y se marchó de allí por medio de una aparición.
En el camino de regreso Cassi se habia quedado en la parte de atras con la bebé y Tom iba manejando.
–¿Como se llama?.
—Nymphadora.-A la niña en seguida se le puso el pelo rojo fuego. Cassiopeia la vio sorprendida. ¿No te gusta tu nombre hermosa?-La niña puso su pelo como las intermitentes del carro. Lo cambiaba constantemente de rojo a cafe.–Bueno entoces ¿Cómo quieres que te llame bonita?
La bebé se empezó a reir y con ella Cassiopeia que estaba que se le salían las lágrimas.
