NOCHE DE BIENVENIDA. PARTE 2

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-En primer lugar, quiero aclarar que el beso en la mejilla ni siquiera es un "beso" como tal. Sólo nuestras mejillas se tocan, no los labios, y es la forma de saludarnos en latinoamérica con las personas que tenemos confianza. MinJoon lo sabe muy bien porque su mamá es latina así que no le afecta -la verdad no tenía idea de por qué estaba dando explicaciones. 

-Para nosotros toda clase de "beso" o ese tipo de cercanía significa que se interesan sentimentalmente -aclaró Suki mientras tomaba un sorbo de su bebida. 

     Ye Jun tosió un par de veces y agarró un pequeño vaso (muy parecido a los que ocupan para hacer algunos postres, o en el "mundo" utilizados para beber "shots" de alguna bebida alcohólica) y lo situó frente a mí. 

-Creo que ya es suficiente de tanta charla, es tu bienvenida ¿cierto? Celebremos -Ye Jun estuvo a punto de vaciar algo en ese vaso pero Diego lo bloqueó al poner su mano sobre el vaso. 

-Tienes que explicarle qué es lo que va a tomar, recuerda que es cristiana -lo miró con cara de "pocos amigos". 

-¿Qué? ¿Ahora eres su guardián? Creo que ella ya es mayor de edad para cuidarse sola -refunfuñó Ye Jun matándolo con la mirada, seguía sosteniendo una botella verde en su mano. 

-Alicia, lo que este "sin escrúpulos" te quiere servir es licor ¿deseas tomar? Lo pregunto por tus creencias, no sé si lo haces o no -me habló Diego en español mirándome comprendiendo mi situación.

     El "sin escrúpulos" nos miraba a ambos sin entender absolutamente nada de lo que conversábamos, y podía leer en su cara que se estaba exasperando por el hecho de no saber lo que hablábamos y el tener que esperar. 

-Obvio no, tomaré otra cosa, ¿tendrán té caliente? 

-Por supuesto, yo te lo pido Alice, no te preocupes -me sonrió amablemente Sun Hee. 

-¿Y? ¿De qué hablan? ¿vas a querer? 

     Volteé a mirarlo casi rostizándolo con la mirada. No puedo creer que me quería emborrachar, lo sé, no lo dijo pero era clara esa intención. Gracias Dios por poner en mi camino a Diego para frenarlo en seco. 

-¡No! De ti no recibo nada. 

     Sun Hee llamó a quien nos estaba atendiendo en la mesa y ordenó un té caliente para mí, en coreano por supuesto.

     Ye Jun casi escupe el pedazo de panceta que se había llevado a la boca, en una mueca de querer reír a carcajadas. Yo lo miré fijamente frunciendo el ceño, en señal de molestia ante su comportamiento. 

-¿Quién toma té en una bienvenida? -Ye Jun sonrió maliciosamente- ¿sabías que lo que acabas de hacer es una falta de respeto a mi persona? En nuestra cultura no está bien visto que alguien rechace la bebida que la otra persona le está ofreciendo, es descortés y más si lo haces ante una persona mayor que tú… muy mal. 

     Momento de tensión se pudo sentir en el ambiente. Todos parecían tener sus miradas ancladas en nosotros dos, en silencio… hasta sus mandíbulas dejaron de masticar el alimento, atentos a cómo iba a reaccionar. Al parecer lo que él dijo era muy cierto porque volteé a ver a Sun Hee buscando auxilio, ella me miró preocupada mientras se mordía una uña, asintiendo ligeramente y con eso me afirmaba que era verdad. 

-Entiendo que es su cultura y lo respeto, pero no puedo compartir algo que va en contra de mis principios -le dije sin siquiera levantar mi vista para observarlo, mientras me servía en un plato de todo un poco de lo que había en la mesa. 

     Otro silencio, yo seguía normal como si nada pasara. Ye Jun me miró perplejo, y a los segundos se rió. 

-¡Eres impresionante! -aplacó de a poco las risas- me gusta… que vayas en contra de las reglas, me gusta. Brindo por eso -levantó su vaso, y de un trago se tomó lo que sea que había en su contenido. 

El Diario de Alicia MelgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora