INVITACIONES

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El primer día del año, y yo no quería salir de mi cama; vaya manera de comenzar el año. Al despertar, desde luego que agradecí enormemente a Dios por otro día más de vida, y luego solo me quedé mirando el cielo raso sin saber qué hacer, especialmente con mis sentimientos. Reconozco que he desarrollado un lazo con Ye Jun inexplicable, me atrae y también lo admito; sin embargo, decir que estoy enamorada de él son palabras mayores y me niego a desarrollar ese tipo de sentimiento hacia él. 

      Repentinamente, mi celular me sacó de mi ensimismado pensamiento logrando que me sobresaltara. El número reflejado en la pantalla era uno totalmente desconocido. Al contestar, una voz varonil muy cortés y lleno de elegancia se hizo notar al otro lado de la línea. 

-Espero no haberla despertado, señorita Alicia -¿Qué hacía llamándome un día feriado en la mañana? 

-En lo absoluto, ya estaba despierta ¿necesita algo? -me dirigí a él en un tono más formal, no era cualquier persona, era el dueño de la empresa en la que trabajo. 

-¿Cada vez que me ves o me escuchas piensas que es por trabajo? Por favor, puedes tutearme. 

-Es fácil decirlo porque es el jefe, es un poco difícil no verlo como tal. Además, usted no me tutea así que no tengo por qué no hacerlo yo también. 

-Vamos a tener que esforzarnos más en ese aspecto entonces, si me lo permite lo puedo hacer. No quiero que sienta que le falto el respeto. 

     ¿Alguna vez alguien me pidió permiso para tutearme? ¡Jamás! Es increíble lo extremadamente educado y caballeroso que era este hombre a diferencia de Ye Jun, eran polos opuestos. 

-Por mi parte no hay problema. 

-Bien Alicia, te llamaba para invitarte a almorzar ¿estarás disponible? -esto era extraño, pero no veía problema en ello. 

-¡Vaya! De un café nos saltamos a un almuerzo, eso es rápido -bromee y parece que le divirtió mi comentario- no tengo nada planeado. 

-Pasaré por ti al mediodía. 

     Y así comienza mi primer día del año: con mis sentimientos hechos un lío y con una invitación a almorzar de mi jefe. Qué forma tan extraña de empezar el año. 

     Salí de mi cama desperezándome para ducharme y desayunar algo liviano pues, honestamente por esta vez me había levantado más tarde de lo usual. Luego de la noche de ayer, estuve tratando de digerir una y otra y otra vez todo lo sucedido con Ye Jun, y no podía evitar preguntarle al Señor nuevamente ¿qué es lo que siento por él? ¿Realmente me gusta? Tengo la sensación que sí pero me niego a aceptarlo. ¡Dios! ¿Estoy mal? Solo pido que si esto no viene de ti, arráncalo de mí porque no quiero arruinar mi vida y mucho menos fallarte. 

     Revolví mi cabello y lancé patadas tal como lo haría una niña chica quejándose, y justo en ese momento, el sonido del celular me sacó de mis más absurdos pensamientos. Al revisar, me di cuenta que recibí un mensaje, y era del "rey de Roma", casualidades de la vida. 

-Hola Alice ¿cómo pasaste la noche? Te quería preguntar si tienes planes para hoy en la noche. 

-Dentro de todo fue una buena noche ¿descansaste? Y no, no tengo planes para la noche. 

-Bien, te invitaré a cenar ¿paso por ti a las ocho? 

     ¿Qué quieren de mí este par? Casi pareciera que se hubieran puesto de acuerdo, justo los dos pidiéndome salir el mismo día. Obvio que no era cierto, si Ye Jun se enteraba que saldría con su hermano, no sé cómo reaccionaría. 

El Diario de Alicia MelgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora