-Bien, excelente velada la de hoy -Ye Jun se levantó mientras juntaba los botones de su traje formal- contentos de que se lograra esta firma que tanto ansiabas, "querido hermanito". Ya que concluimos esta reunión, debo llevar a Alicia a su casa. ¡Adiós!
Me levanté un tanto insegura de tener que hacerlo pues sentí que en cualquier momento Hyun Kwan protestaría en su contra.
-Disfrútalo mientras puedas -fue lo único que dijo Hyun Kwan, cruzado de brazos, lo observó con una sonrisa llena de confianza- no doy más de 3 meses.
-¿Me estás amenazando? -lo desafío luego de tomar mi mano. Yo lo único que hacía era recorrer con mi mirada de un lado al otro cual niña inocente, sin entender mucho a qué se referían.
-Míralo como quieras. Para mí es un hecho.
-Verás que estás equivocado.
-Y tú verás que tenía la razón.
Ye Jun sujetó con firmeza mi mano que yacía entrelazada a la suya y me sacó de ahí con gran molestia y enfado. Era lógico pensar que su hermano lo exasperaba y aún así lo felicitaba por su centrado comportamiento, pese a que sabía que no le faltaban las ganas de llenar su cara con sus puños.
-Tú… no me dijiste que él pasaría por ti, ¡pensé que vendrías con Sun Hee y ella ni siquiera estuvo aquí!
-Calma Ye Jun, no es para que te pongas así…
-¿No lo es? ¿en serio lo crees? ¿Aún después de saber lo que siente Hyun Kwan por ti? -me interrumpió algo sorprendido por mi actitud.
Luego de la caminata hasta su auto nos miramos frente a frente. Su penetrante mirada despojaba por completo todo mi ser.
-Y ya te he dicho que yo no siento nada por él.
-No confío en él, lo sabes muy bien. Que me ocultes este tipo de cosas no me gusta, en lo absoluto -estaba algo ofuscado.
-Está bien, para tu tranquilidad no volverá a pasar ¿te parece? Te avisaré cada vez que Hyun Kwan pase por mí en cada reunión.
-No habrá próxima vez, me aseguraré de ello.
Nos subimos al auto tratando de manejar lo mejor posible nuestros ánimos. Sé que Ye Jun tenía un carácter demasiado difícil de manejar, y ahora que era cristiano estaba tratando de moldearlo con la ayuda de Dios y debo darle crédito por ello, dentro de toda la situación, supo controlarlo y manejarlo muy bien.
No omití opinión al respecto aunque yo sabía que eso era imposible. Sí habrán próximas veces y esto se iba a repetir de forma reiterada, más en el ámbito laboral. Era inevitable que me reuniera en más de una ocasión por trabajo con Hyun Kwan.
Ye Jun me dejó en la casa, no sin antes disculparse por su "mal genio" y depositar un tierno beso en mis labios. Todo quedó atrás luego de eso.
Al llegar a casa tanto Naty como Sun Hee me abordaron con preguntas para saber más detalles de lo ocurrido. La verdad no me sentía en condiciones para explicar con lujos y detalles todo lo sucedido, estaba exhausta. Me limité a señalar que el contrato se firmó, ese era el fin de la reunión y se consiguió. Sólo quería mi cama, orar y tener ese encuentro maravilloso con mi Padre Celestial.
El domingo, día dedicado a Dios y muy especial para mí porque era el día que iba con un corazón dispuesto a adorarle y entregarle todo mi ser. Me vestí lo más radiante posible y lo mismo hizo Naty con algo de nerviosismo y era natural, era su primera vez en asistir a la iglesia en aquel extraño país y, tal como sucedió conmigo, la estaban esperando en la congregación para recibirla y el pastor para ingresarla en los registros de la iglesia.
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El Diario de Alicia Melgar
RomansaAlicia es una chica cristiana en la flor de la vida: recién casada, recién graduada, recién mudada de casa para formar un nuevo hogar con quien ella sabe es el amor de su vida, pues Dios mismo le concede ese anhelo. Su hombre para ella era el ser má...