HONESTIDAD

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Vimos como literalmente So-Min se abalanzó sobre MinJoon en un gran "abrazo de oso" sin dejar de sonreír. De verdad lo amaba con locura, hasta el punto de dar algo de miedo. 

-¡Hola chicos! -saludó al resto luego de despegarse de MinJoon, hasta detener su mirada en mí y en Ye Jun- enhorabuena, Alice, me contenta mucho saber que encontraste un nuevo amor… nada mal -eso último me lo dijo en un susurro dejando escapar una ligera risita de complicidad.

     Yo solo asentí con una sonrisa forzada; no éramos las personas más cercanas, aunque asistiéramos a la misma iglesia. Sé que nunca fui de su agrado del todo por ser muy unida a MinJoon, tal vez sintió celos porque pensó que le estaba quitando a su amigo y, quizás, su futura pareja. 

     Conversamos un rato más con So-Min de sobra pero tampoco podíamos sacarla, sería muy feo de nuestra parte pues siempre ha tratado de integrarse a nuestro grupo pese a que MinJoon le ha dicho de todas las formas respetuosas posible que lo deje tranquilo. 

     Naty conversó mucho rato con Chul, Saori y Eun-ji que posteriormente se nos unió (había estado en una reunión con Jimin referente a los jóvenes, asumo que coordinando parte del trabajo que se viene este año). Mientras que yo tenía que aguantarme los chistes entre MinJoon y Ye Jun que hacían reír a todos, confieso que a mí uno que otros pero en general, era raro verlos tan "amigos" luego de que hace unas semanas atrás casi se matan a golpes. ¿Qué puedo decir? Cosas que hace el Señor y que en nuestra mente finita no cabe algo así. 

     Debo admitir que me percaté de algo muy curioso y que me sacó más de una mínima sonrisa. En medio de nuestras conversaciones alcancé a ver como MinJoon en varias ocasiones miraba a Natalia, acaso… ¿le empezaba a gustar de alguna forma? Supongo que luego lo averiguaré. 

     Después de compartir un largo rato, nos despedimos y Ye Jun se ofreció a llevarnos no sin antes invitarnos especialmente a almorzar antes de dejarnos en casa. Naty se negó, no quería ser un estorbo en nuestra salida pues sentía que estaría de más en la mesa; yo sabía que más allá de eso, se negaba a compartir con Ye Jun, seguía sintiéndose incómoda y no le generaba para nada confianza. 

     En ese caso, la dejamos en el departamento y luego nosotros nos fuimos a comer. Sabía que al llegar a casa Naty iba a darme un sermón extra largo de lo equivocada que estaba en mi decisión de seguir con Ye Jun…  de nuevo. 

     Mi día fue demasiado agradable y más aún por la compañía que tenía a mi lado. Ye Jun era un hombre detallista y muy romántico, más de lo que aparentaba ser. Cada paso que daba en su diario caminar, era una evidencia más de la transformación que el Señor hacía en su vida, era impresionante, estaba tan agradecida de Dios que mi corazón no me cabía en el pecho de felicidad. 

     Al finalizar aquel almuerzo, me dejó en mi casa despidiéndose con esos tiernos y adictos besos que me hacían enloquecer cada vez que nuestros labios se unían. 

     El resto del día transcurrió sin mayor novedad más allá de tener en casa a una amiga enojada porque según ella, obviando lo que significó el culto, fue el peor de sus días. Naty seguía sin creerse que aquel "odioso" hombre que tropezó e hizo derramar todo su café sobre ella era nada más y nada menos que el mismo MinJoon del que tanto le había hablado. 

    Pasaron varias semanas con algo de intensidad. Comencé a trabajar en el nuevo proyecto con la empresa francesa y en el nuevo cargo tal como me lo ofreció Hyun Kwan. Era de mucha responsabilidad pero también de grandes gratificaciones, no sólo monetarias sino también a nivel profesional. Tenía un equipo nuevo a cargo entre extranjeros y coreanos, entre ellos a Diego y Mi-Suk; tenerlos en mi equipo era lo máximo. 

El Diario de Alicia MelgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora